Hace más de treinta años nos visitó una ‘Luna Llena’ por estas fechas. Siendo sincero, ni lo recuerdo. Cómo hemos cambiado. Cómo ha cambiado todo a nuestro alrededor. Sin embargo, siguen sufriendo los mismos que antes sufrían. Quizá en mayor número; pero siempre los mismos. Los más débiles. Los más desfavorecidos. Los menos afortunados.
Nacemos donde nacemos, sin que nadie nos pregunte. Nacemos cuando nacemos, sin que nadie nos consulte. Y partimos cuando ‘alguien’ decide que partamos, sin importar edad o circunstancias. Son millones los desplazados por intereses indecentes. ¿Hasta cuándo? Ya está bien de tanta mentira y tanta hipocresía. Yo no quiero políticos; tan solo quiero personas que se preocupen por sus semejantes, y no por ellos mismos.
En estas fechas, en las que muchos de nosotros festejábamos, millones de semejantes con los mismos derechos que nosotros, pero no con la misma suerte, no tenían nada que festejar; si acaso, que seguían viviendo mientras a otros les fue arrebatada la vida, incluso de los brazos de sus padres o sus madres.
En su recuerdo; en su memoria; con todo mi respeto hacia ellos y pidiendo perdón por la inacción de los (y las) que deciden, dibujo estos versos, en los que la luna, esa luna que todos vemos se ha asomado a nuestro cielo, ese mismo cielo que todos vemos.
Si te apetece puedes escuchar estos versos:
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Más allá del horizonte
donde la mar y el cielo
abrazan los sueños
dicen descansa la noche
sin estrellas sin luna
en el sordo silencio
que la oscuridad procura
ocultándose del tiempo
para no repetir la historia
de mujeres y hombres
que antaño tuvieron nombre
y hoy carecen de memoria.
Cuánta promesa incumplida
cuántas puertas cerradas
cuántas lágrimas derramadas
cuánta esperanza marchita.
Esta noche salió la Luna Llena
sin reparar en calendarios
pues no entiende de aniversarios
ni de ‘Nochesmalas’ ni de ‘Nochesbuenas’
solo entiende de lo que muestra la vida
de lo que le muestra la muerte
que tan solo es cuestión de suerte
llegar cuando llega el día.
He visto esa luna blanca
acompañando esa noche negra
la misma que los ojos de ella
reflejan en esa mar en calma
que les llevará a la otra orilla
huyendo de cruentas guerras
de un mundo de miseria
hacia una falsa tierra prometida
Ya no nos queda tiempo
ya está bien de tanto engaño
ya está bien de tanto apaño
ya nadie cree vuestros ‘cuentos’.
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😉
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