Como todas las primaveras, con nocturnidad y alevosía, la madrugada de un domingo se nos ‘hurta’ una hora que hace que nuestros biorritmos vayan ‘a su aire’ durante unos días hasta volver a adaptarse a este nuevo horario, con la excusa, más que discutible, del ‘ahorro energético’.
Quizá, y solo quizá, tomando como excusa esta situación del ‘tiempo’; las injusticias que nos rodean; las mentiras que nos acechan ‘por doquier’; la falta de escrúpulos de los de siempre; las ganas de algunos (creo que de muchos) de que todo esto cambie…; o sea cual fuera la razón que fuese, he dibujado estos versos que comparto, como cada semana, con aquellas o aquellos que os paséis por este espacio.
El otro día escribí en algún comentario cómo me sentía, sin saber, exactamente, si estaba ‘enfadadamente triste’ o ‘tristemente enfadado’ por los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor, y de los que parece no somos capaces de ‘ponerles freno’. En algún momento pensé que podía ser que no supiéramos cómo. Ahora no tengo dudas para asegurar, que no queremos hacerlo, por razones varias. Como parte de esta sociedad éste es mi ‘granito de arena’. A la vez que pido perdón por el comportamiento indecente de l@s que nos gobiernan o tratan de hacerlo.
Si te apetece puedes escuchar estos versos:
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Quiero coger la luna
quiero coger la llama
viva y danzarina
que guarda la memoria
de los ausentes.
Quiero coger el viento
quiero coger el silencio
sordo y pausado
y tornarlo en palabras
que sueñen sueños.
Quiero coger la primavera
quiero coger la margarita
que desduda las dudas
arrancarle todos los ‘noes’
y regalarte todos los ‘síes’.
Quiero coger la noche
quiero coger el dolor
de los que son olvidados
y regalarle su nombre a las estrellas
para que brillen en el firmamento.
Quiero coger la mentira
quiero coger la verdad
y dársela a beber en pausados sorbos
a los sedientos de justicia
que nadan en la indecencia.
Quiero coger el Mundo
quiero coger el tiempo
y detenerlo por un instante
invitando a mujeres y hombres
a enfrentar cada cual su mirada
a descubrir sus lunas
a escuchar sus vientos
a sentir sus primaveras
a palpar sus noches
a gustar de sus mentiras
tal vez
y solo tal vez
después
pensar
si dejamos
de nuevo
correr el tiempo.
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