Hace unos días, conversando con algunos locos y locas enamorados de la poesía, hablábamos sobre la fuerza que debe tener la poesía y la palabra; la palabra y la poesía, para denunciar situaciones de nuestro entorno que se hacen intolerables. Situaciones de las que se habla mucho; se reconocen; se sabe de su gravedad; pero parece no hacerse nada, o no lo suficiente. De ahí, que muchos de mis versos vayan en ese sentido. Despertemos.
Recordando esas conversaciones; con la llegada de las vacaciones escolares; viendo y conociendo cómo familias ‘dan de comer’ a sus hijos gracias a los comedores en los colegios; familias con dificultades económicas; familias que acuden a ‘bancos de alimentos’ para poder dar de comer a sus hijos; familias a las que su angustia diaria les sitúa al margen de una sociedad que crece (dicen), de forma desigual e injusta… Os presento, en mis versos, a Dani, pero daría igual el nombre; daría igual la familia; daría igual los hermanos o hermanas. Son gente visible, a los que no debemos dar la espalda.
Ahora se acercan las vacaciones escolares, y serán miles de niñas y de niños los que se queden sin una alimentación equilibrada que le proporcionan los comedores escolares. ¿Por qué no nos ‘remangamos’ y nos ponemos ‘a trabajar’? ¿Por qué nuestros políticos se dejan de ‘zarandajas’, y hacen el trabajo por el que se les paga y para lo que se les ‘contrata’? Señoras y señores que ‘gobiernan’ hagan su trabajo de una puñetera vez, gobiernen, como debe hacerlo el que lo hace para los que más ayuda necesitan.
Si te apetece puedes escuchar estos versos.
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Me gusta mucho
ir al colegio
es donde tengo mis mejores amigas
y mis mejores amigos;
aprender todo lo que nos enseñan
en clase
los juegos del patio…
y cuando bajamos al comedor.
¡Cómo me gusta ir al colegio!
Tengo ocho años
me llamo Dani
y soy el mayor de cuatro hermanas
y hermanos
Beatriz es la pequeña
y luego están Jenny y Alex
aunque se llama Alejandro
le gusta que le llamemos así.
Mi madre no tiene trabajo
y mi padre se marchó
cuando yo era pequeño
aún no habían nacido
ni Bea ni Jenny
se marchó para no volver.
Todas las semanas
vamos a un sitio
al que llaman ‘banco de alimentos’
y nos dan bolsas con comida
cuando llegamos a casa
parece una fiesta
con tanta comida en la nevera.
¡Cómo me gusta ir al colegio!
Mi madre dice
que gracias a que nos dieron
una beca de comedor
nosotros comemos en el colegio
todos los días
la comida está muy rica
y no nos dejamos nada en los platos
pronto nos darán las vacaciones
no iremos al colegio
y no sé qué vamos a comer.
Mi madre está preocupada
lo sé
aunque no dice nada
soy el mayor
la he oído llorar muchas noches
cuando nos vamos a la cama
al levantarme por las mañanas
me gusta ir a su cama
abrazarla muy fuerte
y decirle todo lo que la quiero.
¡Cómo me gusta ir al colegio!
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