Para mi cualquier día es el día mundial del libro. No obstante, me parece genial que se celebre ‘El Día Internacional del Libro’ y que todos y todas nos pongamos de acuerdo en celebrar juntos algo tan maravilloso como el homenaje que se pretende hacer a los libros en un día como este. Por lo tanto, mis felicitaciones a todas las partes implicadas en este día, desde l@s autor@s hasta l@s lector@s, pasando por todos otros actores.
Desde muy pequeño mis lecturas se movían entre obras de teatro, de autores tan dispares como Buero Vallejo, Casona, Benavente, Guimerá, Calderón, Valle Inclán o Pemán. Luego aventuras que me proponían autores como Verne, Salgari o Stevenson; y poetas que me hablaban de campos de Castilla y de sonetos y de coplas… Todos me hablaban desde las páginas de los libros que tanto amo.
En homenaje a tod@s l@s autor@s que en el mundo han sido, y a aquell@s que seguro lo serán, vayan estos versos en los que he querido hacer un guiño, tomando prestadas algunas palabras y frases contenidas en sus libros, a tod@s ell@s. Ahora me apetece compartir contigo, lo que de mi mano ha salido, dictado por lo que siento. Mañana también puede ser un gran día para regalar un libro, si hoy no lo hiciste.
Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Bienvenida la primavera
porque a su llamada
acuden todos los libros
y las flores
porque la sangre altera
y viste de colores los campos
y las sonrisas.
Bien halladas las páginas
de los libros
que se abren incansables
para que nuestras miradas
recorran mundos y universos
y conozcan personajes
siempre reales
eternamente vivos.
Mi fiel amigo
mi compañero
aquel que siempre aguarda mi llegada
paciente
sin prisa alguna
reposado sobre la soledad de una mesa
o en la compañía que procura un estante
repleto de otros libros
con otras historias
con otros personajes
con otros olores.
Tú me llevaste
más allá
de veinte mil leguas de viaje submarino
acompañaste mis sueños
más de mil y una noches
y descubrimos juntos la isla del tesoro;
me enseñaste
que nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar
historias de una escalera
que un joven Manolín
escuchaba por los rellanos
y a jugar a la rayuela;
me hablaste
de gigantes tan grandes como molinos de viento
y de un hombre a una nariz pegado
de un bello caballo blanco alado
y del último mohicano.
Guardas todos los tesoros
entre tus infatigables páginas
para que aquellos que vayan llegando
descubran
si son valientes y atrevidos
todas las libertades
que mujeres y hombres han alcanzado.
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😉
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