Hay veces, cuando te levantas por la mañana presto a comenzar el día, que parece que quien sea, o lo que sea, se ha confabulado para que nada salga bien. Alguna cosa no funciona; parece que tropezamos con todo; nada sale bien cuando ponemos el pie en la calle, o nada más bajar de la cama; el mínimo problema nos parece insalvable. No sé. Como si todo estuviera en nuestra contra ¿No habremos sido nosotros mismos los que hemos ‘creado’ esa situación, quizá sin sospecharlo?
Pensando en ello he pintado estos versos que ahora comparto. La rutina nos puede parecer tediosa. Miramos por la ventana y vemos ‘el mismo cielo’; ‘la misma noche’; ‘la misma luna llena’; ‘las mismas estrellas’; ‘la misma calle’…; Cuando no es así. Nada es igual aunque nos lo pueda parecer. Saludemos pues a la noche y al día; saludemos a la vida que nos brinda una nueva oportunidad, pero jamás le demos la espalda. No sabemos ‘quién puede estar observando’.
Esa noche que todo lo cubre, y esa luna llena que se asoma a nuestro cielo para observarlo ‘casi todo’, puede estar esperando nuestro saludo, o nuestra despedida. No deberíamos ignorarla. Nos viene a ver cada noche irrepetible para ver cómo nos encontramos. Decidle cómo os encontráis y lo que sentís. Muchas veces la luna es la antesala de los sueños. De esos sueños nuestros que están por cumplir. Saludemos entonces a la noche, a la luna, al cielo y a las estrellas. Nadie sabe lo que nos aguarda.
.
Si te apetece puees escuchar estos versos
.
Ayer me asomé a la noche
la misma luna llena
y el mismo cielo despejado
y las mismas estrellas…;
cerré mi ventana
y no quise despedirme de la noche
ni de la luna llena
ni del cielo despejado
ni de las mismas estrellas…
La mujer del tiempo
pronosticó un día soleado
a la mañana siguiente
cielo sin nubes
subida de temperaturas
y ausencia de viento.
Me desperté
como una mañana cualquiera
no entraba luz en mi habitación
fui al baño y abrí el grifo
no salía agua del lavabo
probé en la ducha
obteniendo el mismo resultado
probé en la cocina…
creo que el dios del agua
se había confabulado contra mi persona.
Salí de casa sin desayunar
sin asearme
y al cruzar el portal hacia la calle
observé cómo llovía
el agua corría calle abajo
como si tuviera prisa…
unos empleados del Canal
parecían esperar a que escampara.
Entré en mi coche
y puse la llave en el contacto
girándola dos cuartos de vuelta
el motor no respondió
tan solo se escuchaba
el incesante ruido del agua
golpeando salvaje
sobre el techo del vehículo.
Decidí abandonarlo
y tomar el autobús
según llegaba a la parada
observé cómo se detenía
eché a correr para alcanzarlo
sin suerte
allí quedé solo bajo la marquesina
que piadosa
intentaba protegerme de la lluvia.
Al final llegué al trabajo
tarde
empapado
desolado y con un enfado
imposible de describir con palabras
todos me miraban
yo les miraba a todos…,
el jefe de personal
me llamó a su despacho
y entré.
Anoche me asomé a mi ventana
y saludé a la noche
saludé a la luna llena
y al mismo cielo despejado
saludé a las mismas estrellas…
y no tuve que hablarles de mi día
tan solo me despedí de ellas.
La mujer del tiempo
pronosticó un día nublado
a la mañana siguiente
lluvias dispersas
bajada de temperaturas
y viento racheado del norte.
Me desperté
como una mañana cualquiera
y entraba la luz en mi habitación.
.
😉
.