Hace unos días escuché a la cantante Luz Casal decir, que con el paso de los años se «…siente más sensible…». Estoy de acuerdo con ella, pues a mí me sucede lo mismo. Quizá porque miras la vida de otro modo; porque miras a tus semejantes de diferente manera a como les mirabas antes; porque cada vez entiendes más, o quizá porque cada vez entiendes menos; tal vez porque ves más cerca la orilla que te aguarda, que aquella que dejaste atrás… No sé. En cualquier caso, así me siento.
Cuando esta tarde he mirado el cielo sobre mi cabeza, mientras el viento acompañaba mi caminar, me ha parecido un bello cuadro de diferentes tonos de grises, que contrastaba con el colorido de los sueños que ahora disfruto. Qué diferentes miran a veces los mismos ojos, cuando el corazón late acompasado, o falto de armonía ¿Cuánta soledad cabe en un silencio?
Acompañando la tarde, o acompañado de la tarde llegaban los versos a mis manos, carentes de útiles a los que anudar sus palabras. He dejado que pasearan por los solitarios laberintos de mi memoria acomodados para ellos, y ahora, sentado frente a mi ordenador dejo libres las esclusas que conducen hasta las yemas de mis dedos cada una de las palabras que ahora comparto.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Dibuja el viento
estarcidos grises y blancos
en este cielo de invierno
girones de sueños
que pacientes esperan
que nazca la noche.
Ya el sol camina
al deseado encuentro con el horizonte
no tiene prisa
pues sabe
que pronto habrá de llegar
entretanto
deja que sus cálidos latidos
acaricien las solitarias copas de los cipreses
y las desnudas ramas de los sauces.
Ya la tierra aguarda la primavera
pronto abandonará el letargo de la vida
y despertarán los ayeres
y se aventarán los mañanas
todo regresará
como regresa lo que antes hubiera partido.
Las estrellas
parecen
alineadas
en un firmamento
que va tornando sus luces
por sombras
ordenado desorden
que la Naturaleza
caprichosa
nos regala a cada instante.
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😉
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