De todos es sabido que cuando nacemos, no venimos con ‘un manual’ de cómo criar a un hijo o a una hija. Tampoco nacemos ‘sabiendo’ lo que nos depara la vida. En el colegio, instituto o universidad nos ‘enseñan’ muchas cosas, pero no nos ‘preparan’ para lo que en realidad nos vamos a encontrar en la vida que nos aguarda. Agazapada. Como esperando ‘pillarnos’ desprevenidos. A traición. Me hubiera gustado saber algunas cosas que me he ido encontrando ante las que nadie me advirtió o me preparó para ellas.
Por otro lado, y para ser justo, quizá mis padres lo intentaron. Bueno, estoy seguro. Pero claro; eran padres. Mis padres. Y cuando vamos creciendo y la adolescencia nos abraza, hacemos ‘poco caso’ a los consejos y ‘advertencias’ que pudieran hacer nuestros progenitores y según vamos creciendo nos creemos sabedores ‘de todo’. Cuánta ignorancia en tan pocos años. Me hubiera gustado haber sabido más (mucho más) sobre ‘las tormentas’ agazapadas; sobre ‘los barrancos’ al borde de los caminos; sobre mentiras que parecen verdades y verdades que son verdaderas mentiras…
Pensando en todo ello; y en el tiempo vivido; y en la poca experiencia acumulada; y en los sueños cumplidos; y en los sueños frustrados; y en los que me quedan por soñar; y en los que me quedan por vivir…; y por supuesto, pensando en ti (que ahora me estas leyendo), he pintado estos versos que hablan de ignorancia y de tormentas; de soles y de primaveras; de fríos sueños y de esperanzas…; que hablan, sencillamente, de vida.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Nadie me advirtió sobre la vida
cuando llegué a este mundo
hace ya algunos años
ni cuando empezó mi tiempo en el colegio
ni al pasar al instituto
ni tan siquiera cuando inicié mis estudios
en la universidad
o cuando salí de ella.
Desconocía la llegada de tempestades
y sus devastadoras consecuencias
ignoraba que el sol
podía abrirse hueco entre las nubes
y volver a brillar con toda su fuerza
ahuyentando
a la más fiera de las tormentas.
Nadie me advirtió sobre la vida
y las nubes grises que la acompañan
intentando desvirtuar las realidades
confundiendo entre sombras y aguaceros
mentiras que parecen verdades
y verdades que son auténticas mentiras.
Ignoraba la maldad de los tiranos
y la tiranía de los malvados
otorgando el éxito a la mediocridad
sin ningún escrúpulo
haciendo de su indecencia bandera
enarbolándola a los cuatro vientos
para nuestra vergüenza.
Nadie me advirtió sobre la vida
y las nubes grises que la acompañan
ni del viento de tramontana
que despeja nuestros cielos
mostrando la esperanza cada nuevo día
cuando amanecen los sueños.
Déjame que yo ahora te hable
de vientos y de tormentas
de alboradas y de atardeceres
de lo que te aguarda en la vida
cuando amanezca la mañana
y de primaveras que retornan a la vida
después de crudos inviernos
déjame que yo te hable
pues ahora ya vivo mis sueños.
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😉
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