Yo creo que en el amor, al igual que en la vida, los pequeños detalles son los que hacen grande nuestra existencia. Incluso la rutina diaria, siempre y cuando no permitamos que nos ‘atrape y nos condene’ tiene una belleza indiscutible. Solo hay que saber mirar para poder encontrar aquello que, aun sin haberse perdido, aun sin haber salido a buscar por nuestra parte, es encontrado. Nada hay más sencillo que una mirada, ni más hermoso que ser correspondida. Buscamos sin encontrar. Encontramos sin buscar.
Me confieso enamorado de la vida. De mi mujer. De mis hijas. De mi familia. De mis amigos y amigas. De los sueños. De la sencillez. De la naturaleza… Una vez confesada ‘mi culpa’, de la cual no me arrepiento, pues prometo ser reincidente, he repasado mis amaneceres diarios a su lado, cuando aún no ha sonado el despertador que marca el inicio de ‘nuestra rutina diaria’ y mis ojos la observan, en silencio; sin que ella lo sepa (o eso creo).
De esta reflexión brotan unos versos que ahora comparto con aquel o aquella que se ‘confiese’ enamorado o enamorada de la vida o de los sueños; de lo posible o de lo imposible; de lo pasado o de lo que está por llegar, ya que el presente es efímero. Quizá estos versos sean encontrados por alguien que salió ‘a buscarlos’, aun sin saberlo. Quizá estos versos sean encontrados, sencillamente, por alguien que nada había perdido, o eso creyó.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Me gusta la sencillez
de aquello que mis ojos
me regalan
cuando siento despuntar el día.
No tengo prisa
dejo que la oscuridad de mi habitación
me invite a mirar
todo aquello que despidió mi noche
y vuelva a aparecer lentamente
aun sin haber desaparecido.
Dejo que mi cuerpo se gire
hasta encontrarte
justo hasta el preciso instante
en el que mis ojos descubren
que permaneces a mi lado.
Duermes
escucho tu respirar pausado
y en el silencio del amanecer
siento el latido
de este corazón enamorado.
Te miro sin que me mires
y veo los pequeños detalles
que cada día descubro
algunos
aun siendo previsibles
aun siendo diaria rutina
no dejan de atraparme
permitiéndome amarte…
y te amo.
Te amo
cuando ríes y cuando hablas
cuando tus ojos me miran
o cuando apartas la mirada
te amo
porque respiramos el mismo aire
porque tus labios me besan
cuando los míos se acercan
te amo
por todo aquello que eres
y por lo que llegarás a ser
al cumplir de tus sueños
tan solo observo hasta ser invitado
cual fiel compañero.
Te has movido
ya despiertas
tus ojos han encontrado los míos
que te han sonreído
tus labios me han besado
amanecemos
al igual que amanece el día.
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😉
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