Vivimos instalados en la seguridad que creemos nos proporciona nuestro entorno. Familia, hogar, trabajo, amigos… Y no somos conscientes (en algunos casos) de que la vida, a veces, decide por nosotros sin consultarnos. Cuando más cómodos estamos ‘algo’ se quiebra, ‘algo’ se pierde en nuestro entorno y la vida deja de ser lo que era para nosotros. Un ‘problema’ en la familia. Un ‘problema’ en el trabajo. Un ‘problema’ en nuestro hogar. Un ‘problema’ con nuestros amigos… y todo cambia.
Yo creo, que si no nos ha pasado alguna vez a nosotros mismos, conocemos a alguien que ha sufrido un cambio en su (nuestra) vida, y nada vuelve a ser lo que hasta ahora era. En ese momento es posible que necesites de la soledad. Una soledad buscada, sencillamente, para poder volver a encontrarte. Para encontrar aquello que has perdido. Aquella mirada que iluminaba allá donde mirases. Esa alegría que contagiaba con tan solo tu presencia. Tus sueños y el viaje hasta alcanzarlos.
Pensando en aquellos y aquellas que ahora se encuentran inmersos en esa soledad, y en aquellas y aquellos que en algún momento lo estuvieron (estuvimos) dibujo estos versos. Con ellos quiero decirles: «Te entiendo». «Te espero». «No tengas prisa en volver; aquí estaré a tu regreso». «La herida se cierra antes o después pero la cicatriz queda para que no olvides (olvidemos), y cuando acaricies (acariciemos) esa piel sientas (sintamos), que una vez la vida decidió afilar sus garras cerca de tu (nuestro) corazón».
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Me he rodeado
de la soledad
para poder encontrarme
para poder encontrar esa felicidad
perdida
en algún momento
en algún lugar que no recuerdo
pues no tengo constancia
de cuándo quedó atrás
de cuándo comenzó a marcharse
hasta el abandono
sumiéndome en una oscuridad
que ahora me abraza hasta angustiarme.
Miro a mí alrededor
y veo a mi familia
a mis amigos
a mis compañeros
a mis vecinos…
observo el entorno en el que vivo
disfruto de una buena casa
tengo trabajo
el sueldo no está mal
me voy de vacaciones en verano
con mi mujer y mis hijos
ellos están estudiando
mi mujer trabaja…
sin embargo
siento cómo algo me ha abandonado
mis ojos frente al espejo
ya no son mis ojos
no me miran como antes me miraban
y la tristeza les ha ensombrecido.
Necesito estar solo
y debo guardar silencio
de palabra y sentimiento
hasta saber el lugar al que he llegado
el lugar en el que me encuentro
éste que me apresa y me inquieta
solo en ese instante
en el que descubra sus ojos
podré asomarme al espejo
y reconocerme
solo en ese instante
en el que descubra mis ojos
podré acercarme a vosotros
y reconoceros.
Sé que estoy herido
pues siento el intenso dolor de la pérdida
cicatrizarán jirones de vida
que me fueron arrancados sin permiso
dejarán de sangrar mis heridas
dejarán de latir
y quizá dejarán de doler
pero siempre me recordarán
que la vida hiere sin avisarte
que la vida mata
sin haber sido invitada.
Dame tiempo
y espacio
para enjugar mi llanto
deja que mi alma se acurruque
en el regreso de la soledad
hasta su vuelta.
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