Hay dolencias ‘sordas’ que nos asaltan y nos abrazan, a veces, hasta llegar a ‘eliminarnos’. Eliminarnos como personas; eliminándonos como individuos; incluso abocándonos al suicidio. Aparentemente no hay nada que deba llevarnos a ese extremo. Sin embargo, el ritmo de vida; los sueños frustrados; la/s crisi/s económica/s; nuestro entorno; nuestras frustraciones… O qué sé yo, nos lleva hasta el borde del abismo al que caemos sin remisión.
Hablo desde mi experiencia. Un tiempo en el que me sentí nada. Cuando miro a mi alrededor me doy cuenta de cuánta gente, si les miras a los ojos, tienen una mirada perdida. Vacía. Ausente. Pero deben seguir caminando. Caminan como verdaderos zombis. Transitan. Pasan por la vida sin participar de ella, sin disfrutar de ella. Tanto hombres como mujeres. Ricos o pobres. Da igual. No hace distinción.
Cuando esa mirada ausente la observas en los ojos de un amigo o de una amiga, los recuerdos de una época pasada y vivida te asaltan. Vuelve a tu memoria ese tiempo en el que la lucha contigo mismo era el día a día. Nada de miedo. Nada de temores. Nada de fantasmas. Nada de todo eso existe, solo existe dentro de nosotros porque nosotros los llamamos y les damos cobijo. No luches con ellos, Déjalos entrar. Conócelos. Y apártalos. No les alimentes. Para todas las personas que conocen esta sensación, unos versos.
.
Si te parece puedes ecuchar el poema
.
He visto la tristeza
brillar en tus ojos
cuando mirabas la nada
ausencia de sueños
en ‘tocata y fuga’
dejando desamparado el amparo
ya no miras como antes mirabas.
Tienes tu vida de confort
con tu hogar y tu pareja
y tu trabajo
y tus hijos y tus nietos
nada debería importunarte
nada debería turbar
aquello que parece estar amarrado
y bien amarrado
sin embargo…
Sin embargo
el mundo se ha abierto bajo tus pies
y te ha engullido
dejándote caer a un vacío
que parece no tener fin
y sigues cayendo
y sigues
y…
ya no puedes ver el borde
al que te acercaste sin saberlo.
Los abismos se abren
donde menos lo esperas
donde parece que más sólidos
vamos posando nuestros pies
y nuestras esperanzas
y ese futuro que parece aguardarnos
sin prisa alguna.
Déjate caer
no tengas miedo
la soledad que abre el vacío
la oscuridad que todo lo reina
no existe
tú lo has creado
con ayuda de los fantasmas
que te habitan
desde que viste la luz por primera vez.
Mírales a los ojos
verás cómo te son conocidos
háblales
escúchales
entiéndeles
perdónales y perdónate
solo así volverá la luz a tu mirada.
.
.