Si un poema se asoma a tu ventana y te habla ¿que harías?

hex0Esta semana ‘he participado’ (como testigo mudo) en una conversación, en la que varias mujeres que padecen cáncer hablaban sobre su experiencia vital. Lo que les ha supuesto la enfermedad. Lo que de ella han aprendido. Su forma de entender la vida desde que recibieron el diagnóstico. Sus prioridades en esta nueva etapa. Lo importante de comprender y ser comprendidas. Lo imprescindible de la compañía y de la soledad. Una lección de mujeres valientes y fuertes, no exentas de miedo.

A veces la vida decide sacudirnos para que reaccionemos pero creo que, en ocasiones, lo hace con demasiada violencia y sin miramiento alguno. Nos agarra de la pechera y nos dice a la cara dónde vamos. Quizá si no lo hiciera de esa forma no reaccionaríamos. No por ello me parece lo más correcto, pero lamentablemente suele ser lo más eficaz. Decidimos detener nuestra vida y reorganizarnos. Reinventarnos. Resetearnos.

Mi madre falleció de cáncer. Perdió la batalla como muchos otros enfermos. Son muchos los que consiguen vencer y enfrentar su nueva vida con otro horizonte. Priorizando lo que antes parecía secundario, incluso prescindible. Para todas ellas. Para todos ellos. Que siguen adelante a pesar de la dureza y la crueldad con que a veces se presenta ante nosotros la enfermedad, quisiera compartir estos versos. Gracias por vuestro ejemplo de lucha y superación.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Sentí vacío y silencio

cuando escuché la palabra cáncer

de los labios de mi doctora

ella seguía articulando palabras

o al menos eso deduje

cuando sus labios no dejaban de moverse

mientras yo permanecía ausente

y mi mente viajaba fuera de aquella sala

un sudor frío perlaba mi rostro inmóvil.

 

Creí que el mundo se acababa aquel día

creí que no vería crecer a mis hijas

creí que mi tiempo se había agotado

creí en todo lo creíble y lo increíble

creí en los adioses no pronunciados

y en las partidas a destiempo y a deshoras

por un momento…, dejé de creer.

 

El cáncer no pide permiso para acercarse

se presenta en silencio

no llama a ninguna puerta

ni tan siquiera se molesta en abrirla

se cuela por cualquier rendija

sin haber sido invitado

y te abraza con ese abrazo inoportuno

que presagia la ausencia

helando cada gota de tu sangre.

 

Hace ya dos años de aquel diagnóstico

y estoy viendo crecer a mis hijas

y siento que mi tiempo aún no ha llegado

todo me parece creíble

nada se me antoja increíble

no pronuncio ‘adioses’ sino ‘hasta siempre’

y agradezco el sencillo regalo de la vida cada amanecer.

 

Quizá equivoqué el rumbo

dando importancia a lo que nada importa

y dejando a un lado los detalles sencillos

una charla con amigos en torno a un mesa

sin prisa alguna

unas ‘buenas noches’ cuando decide despedirse la tarde

un beso con los ojos cerrados

un abrazo olvidado junto a un ‘te quiero’

una mirada a los hijos que crecen

una sonrisa…

una sonrisa sincera y libre

sentarme a ver llegar el alba y respirar

como si fuera el último

como si fuera el primero…

Hoy he vuelto a recogerme el pelo.

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:)

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2 comentarios:

  1. Noemí Contreras Magro

    Solo ya con el primer verso me sobrecogí. Es precioso, duro, pero hermoso. Te quiero papá.

    • Txema Contreras

      Gracias, mi Amor, por tus palabras.
      Intento que el poema toque el corazón, o al menos la piel, de quien lo lee. La poesía debe ‘removernos’; hacernos sentir vivos.
      Te quiero

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