Cuarto domingo de confinamiento #YoMeQuedoEnCasa

logoUna de las cosas que más me ha llamado la atención estos días, cuando me asomo a mi ventana, es el silencio que me acompaña. El silencio impuesto por el hombre (y la mujer) que son capaces de generar un ruido de fondo continuo que ensordece la Naturaleza que nos rodea. Sin embargo ahora, se escucha el trinar de las aves; el batir de las ramas de los árboles y el danzar de sus hojas cuando sopla el viento…, incluso, sería capaz de asegurar que he escuchado el avanzar de las nubes bajo el cielo, previas a la lluvia de primavera. Solo es cuestión de dedicar un tiempo a escuchar.

Ahora estamos confinados, por nuestro bien y el de nuestros semejantes. No es una cuestión exclusiva de nuestra ciudad, ni de nuestra Comunidad Autónoma, ni de nuestro País, ni de nuestro Continente…, es una cuestión que afecta a este lugar al que llamamos Mundo, o Tierra, o Planeta, o como cada cual quiera llamarlo, pues le llamemos como le llamemos, nos afecta a todos. Quizá sea una oportunidad (una más) que tenemos para encontrarnos o reencontrarnos con nosotros mismos. ¿Por qué no aprovecharla?

Dicen los que saben, que de todas las desgracias que han asolado países, culturas, civilizaciones…, sacamos una enseñanza. Permitidme que lo ponga en duda, y que esté más de acurdo con la frase: ‘El hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces en la misma piedra’. Y permitidme que añada, de mi cosecha, que tropezará tantas veces como se encuentre con ella. Por lo tanto, y de manera individual, aprovechemos este tiempo de silencio en el que seamos capaces de escucharnos y para ello, por supuesto, deberemos romper nuestro silencio y hablarnos. Todo regresará, antes o después. ¿Habremos aprendido algo?

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Quizá el silencio

sea la mejor conversación

tan solo si dejamos que su eco

acompañe el latido de vida

que palpita en cada uno de nuestros sueños.

 

Silencio roto por conversaciones pendientes

con nosotros mismos

silencio que se acomoda a nuestro lado

aliándose con un tiempo

que cabalga desbocado

en este siglo que habitamos.

 

Atrévete a romper ese silencio

que atenaza tus palabras

ahora que el tiempo parece

concedernos un respiro

no se detiene

como no se detiene la vida y la muerte

en su simpar singladura

tan solo pretende aparentarlo

mientras retiene nuestro futuro

junto a este cruel aliado.

 

Quizá no sea el mismo

cuando regrese lo que aún no ha llegado

pero seguro estoy de que no volverá

lo que antes tenía

cuando creía tenerlo todo

y realmente nada poseía.

 

Sé que regresarán los abrazos

y volverán mis brazos a abrazar

y mi cuerpo a ser abrazado

al igual que regresan las estaciones

y la noche cuando parte el día

sé que regresarán los besos

y volverán mis labios a besar

y mis labios a ser besados

todo regresará de nuevo

pero quizá nosotros

no regresemos los mismos.

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:)

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