Sinceramente, no creo que cualquier tiempo pasado sea mejor. Diferente sí, por supuesto, pero ni mejor ni peor. Es cierto que tenemos una memoria selectiva que permite que olvidemos algunos recuerdos ‘poco agradables’, y que recordemos los momentos más felices de un tiempo ya vivido. Como autodefensa está bien, supongo, pero todo lo vivido hace que ahora estemos, cada una y cada uno de nosotros, en el lugar en el que estamos. Sin las experiencias vividas, decisiones tomadas, oportunidades perdidas…, no seríamos quienes somos.
Estamos saliendo, quizá más despacio de lo deseado, quizá más rápido de lo debido, de una pandemia que está asolando todo nuestro Mundo; cada rincón de este Planeta nuestro. Solo con el pasar del tiempo sabremos si el ritmo ha sido el adecuado. Sin embargo, la vida sigue. La vida no se ha detenido un solo instante. ¿Por qué detenernos nosotros? ¿Por qué dejar de sentir y de soñar? ¿Por qué dejar de escribir y compartir unos versos? ¿Por esperar? ¿Pero esperar qué?
Sigamos viviendo, nadie lo va a hacer por nosotros. No seamos espectadores de un latido que no espera a nadie. Somos los actores y actrices principales de nuestra historia. Volvamos a soñar si hemos dejado de hacerlo, y si por el contrario no hemos dejado de hacerlo ni un solo instante, caminemos hacia su consecución. ¿Por qué esperar? A mi me gusta entornar los ojos, en silencio y viajar; viajar a un instante, a un momento en el que soy capaz de volar libre y tocar mis sueños con la yema de los dedos. prometo abrir la mano para alcanzarlos y no dejarlos escapar.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Siento bajo mi piel
de la primavera el latido
mas mi corazón acompasa
la suave caricia del viento
sobre los rojos campos de amapolas.
Viajeras nubes acompañan el camino
que entre majestuosos álamos
serpentea entre cerros y valles
hasta más allá de donde la mirada
solo adivina el lejano horizonte.
Son esos campos los que recuerdo
cuando en soledad entorno mis ojos
dejando viajar mi alma libre
hasta alcanzar ese tiempo
en el que los sueños se antojaban posibles.
Nada será como antes
porque nunca antes fue como ahora
tan cierto es como que tras la noche
siempre llega una nueva mañana
para que nosotros la estrenemos.
No perdamos tiempo en pensar
en todo aquello que pudo haber sido
y que nunca será por más que nos empeñemos
sintamos la vida a nuestro lado
desperezándose para nosotros
mientras bajo el cielo azul
unas solitarias nubes viajeras
nos resguardan de un calor que arrecia
regalándonos figuras abstractas
que concretan nuestros sueños.
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