A veces la soledad puede ser una buena compañía. Pero NO me refiero a la ‘soledad impuesta’, me refiero a la soledad buscada. Mientras la primera puede hundirnos hasta lugares a los que no deberiamos llegar o NO quisiéramos alcanzar, la segunda aquella soledad buscada, creo que es necesaria. Para encontrarnos; para conocernos; para saber dónde estamos; para saber todo lo que hemos recorrido, quizá haciéndose necesaria volver la vista atrás.
Creo que cualquier tiempo es bueno para propiciar ese encuentro. Cada uno o cada una debe saber cuál es ese momento. En qué instante abrir los brazos y dejarse acunar, sin miedos y con alegría a lo que nos aguarde; sin ese peligro latente que una soledad descontrolada y libre pudiera amenazar nuestro momento. Y para eso, no obstante, debemos sentirnos fuertes, y sabernos conocedores de nuestra fuerza.
He querido prestar mi voz a un ‘hombre solo’, que bien podría ser una ‘mujer sola’, pero como creo que es comprensible me es más fácil que sea la voz de un hombre. Aun así, espero que vosotras, si os apetece esta lectura, podáis sentir alguna parte reflejada de lo que os acompaña si la soledad, buscada, se acomoda a vuestro lado. Feliz lectura. Feliz verano.
.
Si te apetece puedes escuchar el poema
.
Y el hombre solo acomodó
su espalda desnuda
sobre la verde hierba fresca
y observó el caminar pausado
de las nubes bajo un cielo regalado.
Imperceptibles los vientos a ras de tierra
se atrevían a dibujar figuras blancas
allá donde la mirada del hombre solo alcanzaba;
ahora caballos alados galopando libres
por invisibles senderos
otrora ilusiones convertidas en lo que no fueron
o quizá en lo que pudieron ser.
Respira profundo el hombre solo
inundando sus pulmones del aire limpio
que abraza su cuerpo
que abraza todo objeto animado o inanimado
que acompaña ahora su soledad,
sin tristezas
sin melancolías
sin añoranzas
mientras una sonrisa alcanza a dibujarse
en su rostro y sus ojos entornan su luz.
No está solo el hombre solo
cuando la vida rodea sus sueños
cuando los sueños rodean su vida;
no está solo el hombre solo
cuando es capaz de respirar
con la verdadera libertad
de saberse conocedor de lo que ama;
no está solo el hombre solo
cuando es capaz de entornar su mirada
y seguir viendo las figuras mágicas
que los vientos crean a su antojo
para indicarle hacia dónde caminar
hacia ese lugar donde le espera
lo que el hombre solo conoce
y en su anhelo y en sus sueños desea.
.
.