Si tuviera que escribir un poema por cada una de las «cosas» que me gustan de esta vida que vivo, necesitaría muchas vidas, pues no tendría tiempo suficiente con una sola. Pero si viviera varias vidas, quizá, y solo quizá, no disfrutaría como ahora lo hago, al solo disponer de una. No quiero ni anhelo lo que no tengo. Hace tiempo decidí mirar aquello que tengo y, fue en ese momento cuando empecé a ser consciente de lo afortunado que soy. Fui consciente de mi incontable fortuna.
Creo que seríamos más felices si supiéramos valorar todo lo que tenemos. Si supiéramos disfrutar de los buenos momentos, aunque sean pocos, pero hacerlo con intensidad. Si estás haciendo algo que te satisface, por todo tu ser en ello; en el instante; en el momento. No malgastes tu tiempo pensando en qué tengo que hacer después o mañana. Si estás con un familiar o con un amigo disfruta de su compañía con toda la intensidad que puedas. No pienses en después. Debes saber que ese tiempo es único e irrepetible. Sí, único e irrepetible.
Esta mañana al levantarme y comprobar que la primavera se había adelantado, tomándole prestado un día al invierno, he regresado a aquella playa, de arena dorada, en la que mis pies descalzos sentían la caricia de un mar calmo que invitaba a la reflexión y al recuerdo. No a la añoranza. Sí al recuerdo y la reflexión. El sol, la mar y yo. Siempre yo.
.
Si te apetece puedes escuchar el poema
.
Me gusta desnudar mis pies
y dejarlos que libres huellen
la dorada arena de la playa
mientras el viento mece las olas,
arrullando con su suave melodía
mis pensamientos.
Me gusta mirar el horizonte lejano,
ese que confunden mar y cielo,
esa imaginaria línea que se aleja
cuanto más me acerco y que se acerca
cuanto más distante lo siento.
Me gusta caminar con mi soledad
observando tan solo mi sombra
que sigue incansable nuestros pasos.
Mi sombra, mi soledad y yo;
mi soledad, mi sombra y yo…
Siempre yo.
¿Dónde irá mi sombra
cuando yo haya partido?
¿Dónde habitará mi soledad
cuando todo termine?
Me gusta desnudar mi mirada
mientras camino por la orilla del mar
disfrutando con los recuerdos
del camino ya recorrido,
soñando con los futuros
del que aún queda por recorrer.
No importa dónde habitará mi sombra.
No importa dónde irá mi soledad,
ni tan siquiera importa
dónde estaré yo
cuando no esté mañana.
Me gusta desnudar mis pies.
.
😉
.