He visto hacerse lluvia fina un poema, y calarme hasta el alma

logoEsta mañana he recordado el poema de Alberto Cortés titulado: ‘Que suerte he tenido de nacer’, y en especial ese verso en el que dice: “…/De ser lluvia en lugar de ver llover/…”. Siempre ha sido uno de mis poemas preferidos con el que disfruto cada vez que lo escucho y, reconozco, que si dejo que mis sentidos disfruten de cada palabra, la emoción inundará mi mirada liberando lo que mi corazón guarda. El poeta dibuja luces entre sombras y sombras entre luces, que deberá descubrir el lector o la lectora que siente que los versos le hablan a ella o a él.

En estos versos le pido a la lluvia, a esa lluvia que a todo y a todos alcanza alguna vez, que les hable; que les hable a todos aquellos a los que llegue y después, regrese hasta mí, y me cuente; me cuente, entre el repiquetear de sus alegres gotas que suaves golpean en los cristales de mi alma, lo que le hayan contado en su largo viaje; ese viaje que inició una mañana cualquiera, de un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera…; de un tiempo cualquiera o, quizá, de un tiempo que aún está por llegar.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Lluvia que a llover empiezas

háblale a los arroyos claros

y a las aguas bravas;

háblale a los lejanos valles

y a las pequeñas cumbres;

háblale a las flores de primavera

y a las sendas aún por recorrer;

háblale a los vientos que llegan

y a los que decidieron volar;

háblale a la noche clara

y a las estrellas del cielo.

 

Háblales siempre que lluevas

y cuando tu lluvia

moje mi rostro

y cale hasta mi alma,

háblame de lo que te contaron

las estrellas del cielo

y la noche clara;

háblame de lo que te contaron

los vientos que llegan

y los que decidieron volar;

háblame de lo que te contaron

las flores de primavera

y las sendas aún por recorrer;

háblame de lo que te contaron

las pequeñas cumbres

y los lejanos valles;

háblame de lo que te contaron

las aguas bravas

y los arroyos claros.

 

Háblame de todo y de nada

lluvia que llegas,

ya escucho en mi silencio

el repiquetear de tus alegres gotas

en los cristales de mis ventanas.

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😉

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