En todos los libros, de una u otra forma, habita la poesía

logoHace unas semanas tuve el privilegio de presentar las dos últimas publicaciones de mi Amigo y poeta José Luis Labad. Un evento que se celebró en la Biblioteca Pública José Hierro, en el barrio de Usera en Madrid, y con una muy buena acogida por parte del público. El acto contó con la participación de varios amigos del poeta y con intervenciones musicales que hizo la delicia de los asistentes. Ambos pertenecemos al Grupo Literario «Chaflán de Letras», junto con otr@s siete compañer@s (Blanca, Caleti, Julia, Mari Carmen, Marieta, Gonzalo y José Carlos). Como equipo hemos organizado y participado en diferentes ferias, hecho presentaciones, preparado eventos, organizado mesas redondas… Autoras y autores que trabajamos diferentes disciplinas literarias.

En la presentación de mi Amigo y compañero se leyeron poemas de su autoría, así como otros creados por las autoras y autores invitados a este encuentro. Se me ocurrió, camino de la biblioteca donde nos acogieron, prepara un poema, a modo de homenaje, en el que recogiera, en un orden determinado, los títulos de los libros publicados, hasta ahora, por mi compañero y Amigo. Comparto en esta entrada el citado poema en el que se podrán identificar, perfectamente, los títulos de los libros, pues están en MAYÚSCULA. Gracias, Pepe, por tu Amistad y cariño.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Empecé a escribir mi historia

y en un descuido derramé

GOTAS DE TINTA

sobre mi papel en blanco.

 

Recuerdos de mi niñez

se agolpaban en mi memoria

mientras con TRAZOS DE TIZA

anotaba números y hacían figuras

en la pizarra de aquella vieja escuela

con sus TEJADOS DE MUSGO.

 

Primeros amores de infancia

lágrimas derramadas soñando

con BESOS EN LOS CRISTALES

que reflejaban tus ojos negros

mientras yo escondía fugaces

PALABRAS BAJO TU CAMA,

aquella tarde en la que quedamos

para estudiar geografía e historia

con la esperanza de nuestro encuentro.

 

Partió la adolescencia

cuando recibí la juventud

en la que los suspiros de vida

se convertían en suspiros de sueño

para terminar como SUSPIROS DE BARRO.

 

¡Cuánto amor me desbordaba!

¡Cuánto deseo acompañaba

mis nublados días

y mis noches sin luna!

Amores convertidos en deseos

deseos convertidos en amores

pero ninguno

como EL DESEO DE ERIKA

cuando por aquella playa dejaba

sus PASOS SOBRE LA ARENA

mientras con sus brazos abrazaba

ANTOLOGÍA DE UN POETA DE BARRIO

y yo soñaba con escribir

RELATOS ANTE EL ESPEJO

mientas me sentía, de nuevo,

CRECER ENTRE SILENCIOS.

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😉

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