Hace unos días mi padre nos regaló unos versos de ‘nuestro romancero’, que trajo a mi memoria algunos recuerdos. Ya tiene 84 años y cuando nos recita algunos diálogos, algunos versos, algunas escenas, de muchas de las obras que han formado nuestro repertorio, siento cómo mi memoria vuela hacia lugares antes visitados. Él recuerda, y nosotros disfrutamos con ello, ante una memoria que poco a poco se despide.
He querido dibujar unos versos en los que un hijo se despide de su madre, para encontrar su razón y su existencia, como muchos hijos nos despedimos de nuestras madres en algún momento. Ellas siempre con el miedo en el cuerpo preguntándose qué será de ‘su niño’, mientras lo crían entre su brazos, después de haber compartido la vida. Se harán hombres (nos hicimos hombres), pero siempre pensamos en ellas, aunque hayan partido.
Por los recuerdos que se marchitan; por los hombres que antes fueron niños; por las madres que nos dieron la vida; por el viento que vino a buscarnos una noche mientras dormíamos; por los latidos del corazón; por el alma cosida a nuestra sombra que nos persigue, y a la que perseguimos sin alcanzarla; por cada una de nuestras caídas y las veces que después nos hemos levantado…; por todo ello, y por lo que no quedó escrito, estos versos.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Déjeme madre
que salga a la noche
y suba hasta los riscos
quiero hablarle al viento.
No temo madre
la soledad de los caminos
ni las voces del bosque
temo más el silencio de los hombres
y la mirada esquiva
del que oculta verdades
mientras pregona mentiras.
Déjeme madre
que las estrellas
perlarán el cielo
iluminando el camino
por el robledal
y las luciérnagas
acompañarán mi velada.
No temo madre
perderme en ese laberinto
hacia el que caminan mis pasos
temo más vivir sin rumbo
y no saber dónde nace mi alma
o en qué lugar palpita mi corazón.
Déjeme madre
prometo volver
sé que encontraré el camino
de regreso
una vez que las respuestas
queden guardadas en mi zurrón.
No temo mi niño
porque la noche te lleve
aguardaré tu vuelta
hasta que decida
regresarte el viento.
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😉
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