En las últimas semanas, quizá meses, tal vez años, se escucha hablar y opinar a gente ignorante y no sé si con ganas de manipular o con intención de confundir la historia, cuando no hace tantos años, en muchos pueblos de nuestra geografía y con la prepotencia, soberbia e indecencia que concede la infamia, se llegaba para llevarse a padres, madres, hermanos, hermanas, abuelos y abuelas…, para no volver. Son, los desaparecidos, pero no olvidados, de nuestra historia.
No se trata de abrir heridas, sino de cerrarlas. ‘Las heridas no se cierran con el olvido; las heridas se cierran con la justicia’ (ChC). Con estos versos quiero contribuir a que nuestra memoria y la de los desaparecidos siga viva, por ellos y por nosotros.