Cada vez me cuesta más mirar o escuchar las noticias. No sé si a ti te pasará igual. Y ahora se acercan unas fechas, para creyentes o no creyentes; seguidores o detractores de estos días, en el que debería reinar la paz y la armonía. Tendría que ser durante todo el año, pero al menos por unos días pudiera considerarse, ¿y por qué no estos? ¿Qué más da? Pues ni eso. Insultos, guerras, mentiras, asesinatos, vejaciones, insolidaridad. Incluso en las familias hay desavenencias ‘insalvables’. ¿Cuándo dejamos de ser seres humanos para convertirnos en lo que somos? Confieso que estoy triste y enfadado. Sí, triste y enfadado. Enfadado por la manipulación de medios, instituciones y personas. Y triste, porque nos dejamos llevar por esa corriente putrefacta y maloliente que todo lo inunda.
Cuántas preguntas sin respuesta se agolpan en mi cabeza. Mandatarios (no países) que vetan resoluciones que están fuera de toda razón. Mandatarios (no países) que apoyan asesinatos sin tan siquiera ruborizarse. Intereses de unos pocos que están por encima de la mayoría, esa mayoría que siempre ha de sufrir y que es necesaria para que los ricos sean más ricos y los poderosos más poderosos. No quiero silenciar mi voz. No quiero callar, aunque me repugne lo que veo y escucho. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde? Permíteme que comparta estos versos porque no quiero que se queden dentro, quiero lanzarlos al viento para que puedan ser recogidos por aquellas y aquellos que quieran leerlos. Que quieran compartirlos.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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¿Hasta dónde puede llegar
la hipocresía del ser humano?
¿Hasta cuándo puede soportar
su propia infamia el ser humano?
¿Hasta dónde puede llegar
la indecencia del ser humano?
¿Hasta cuándo se puede soportar
el ruido ensordecedor
que solo pretende ocultar la indecencia,
la hipocresía y la infamia del ser humano?
Si tuviera que poner negro sobre blanco
todas las preguntas que me asaltan
viendo el mundo en el que vivimos
no habría papel ni tinta suficiente para escribirlas.
Si tuvieran que manar de mi garganta
todas las preguntas que me asaltan
viendo el mundo en el que vivimos
no tendría voz suficiente, ni en mil vidas,
para lanzarlas libres al viento.
Quiero suponer que somos seres
aunque tengo mis serias dudas,
pero en lo que no tengo duda alguna
es en que de humanos poco va quedando.
Olvidamos guerras pasando páginas
de un libro que está por escribir
en el que incluso la realidad
queda muy lejos de la ficción.
Creamos y nos inventamos guerras
que también pasarán páginas
engrosando capítulos y capítulos
de ese libro y mientras tanto…
¿Quiénes mueren asesinados y masacrados?
Los de siempre.
¿Quién mata y asesina indiscriminadamente?
Los de siempre.
¿Quiénes son capaces de justificar lo injustificable
prostituyendo sin pudor la palabra?
Los de siempre.
¿Daños colaterales?
No, no valen los eufemismos
ante asesinatos reales.
¿Hasta dónde?
¿Hasta cuándo?
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