Mirar y sentir, sentir y mirar, forman parte esencial de la vida de cada una y de cada uno de nosotros. Una de las miradas que más me cautiva es la que me regalan las estrellas, en esas noches en las que la luna parece haber desaparecido, aunque no deje de observarnos en la distancia. El influjo de esa Gran Dama se percibe, no solo en cada anochecer, pues es vigía misteriosa que guarda nuestros sueños y nuestros anhelos, sino a cualquier hora del día.
Sin embargo, no sé si habéis reparado en que algunas de las estrellas que vemos en ese firmamento que nos cautiva, dejaron de existir hace muchos, muchos, muchos años, y aunque veamos su luz, ya no ocupan ningún espacio en el Universo, al menos a nuestros ojos. Qué importante es su luz, que aun sin estar nos sirve de guía; que aun sin estar, le seguimos hablando de nuestras cuitas; que aun sin estar, seguimos soñando con alcanzarla; que aun sin estar, su brillo les sobrevive.
Igual pasa con las personas a las que amamos y admiramos que, aunque ya no estén entre nosotros su luz nos sigue alcanzando cada día. Su recuerdo, su vida, sus enseñanzas, su amor, su ejemplo…, nos sirve de horizonte y hacia el miramos cuando nos encontramos perdidos. A ellos les seguimos hablando, aun sin estar; a ellas les seguimos planteando nuestras dudas, aun sin estar; a ellos les seguimos presentando a nuestros hijos o nietos, aun sin estar; a ellas les seguimos contando nuestros sueño, aun sin estar. ¿O quizá sí están?
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Me gusta mirar el cielo
las noches de Luna Nueva
cuando las estrellas titilan solitarias
sin la visible compañía de la silenciosa
vigía que duerme mis sueños.
Ellas preñan el Universo de infinitas luces
que con sus brillantes colores
parecen invitarnos a alcanzar nuestro destino;
sin embargo ese centellear que admiramos
y que de tan cautivadora forma nos atrapa
pudiera ser solo el reflejo de una lejana estrella
que hace tiempo dejó de existir.
Las estrellas nacen, crecen y se extinguen,
el Ser Humano nace, crece y… ¿Desaparece?
¿Cuántos años permanece la luz de una estrella
después de haber agotado su vida?
Supongo que en la respuesta influirá la distancia
a la que se encuentre de nosotros.
¿Cuántos años permanece la luz de una persona
después de haber terminado su vida?
Creo que en poco afectará la proximidad o la lejanía
pero sí lo que cada uno hagamos o dejemos de hacer.
Todo el amor que seamos capaces de compartir
y todo aquel que compartan con nosotros;
lo que sintamos
o permitamos que los demás sientan por nosotros;
las decisiones que tomamos
o aquellas que los demás tomen por nosotros;
los sueños cumplidos
y aquellos que pendientes queden por cumplir;
las veces que caigamos
y las que de nuevo nos alcemos para seguir camino;
las palabras que fueron dichas
o aquellas que simplemente quedaron por decir.
Cuando se despida esta tarde
me acomodaré en la oscuridad de la noche
y buscaré una estrella lejana,
quizá le hable solamente a una luz
mas nada importará,
cada noche le hablo a mis padres
antes de despedir el día
y aunque ya no están no tengo duda
de que su luz sigue latiendo en mí
en la más cercana de las distancias.
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Desde luego el poema es todo un canto a la esperanza. Muy bello todo lo que refleja.
Un abrazo.😄
Gracias por leer estos versosvy ver más allá de lo que en ellos expreso. En ellos encuentras parte de una vida llena de sueños y esperanzas.
Besos.