Celebremos juntos en el Día Mundial de la Poesía

logoEste pasado jueves, 21 de marzo, hemos celebrado el Día Internacional de la Poesía, coincidiendo con el equinoccio de primavera en nuestro hemisferio. Un día de fiesta y de alegría que poetas, poetisas y amantes de la poesía celebramos con regocijo, y al que estáis todas y todos invitados a participar. Son muchos los eventos y encuentros a lo largo de nuestra geografía, y más allá de nuestras fronteras, los que tienen lugar en esta primavera. En esta ocasión no podía ni quería faltar, acompañando con unos versos.

En esta ocasión he querido jugar con dos versos perdidos, que de todos y todas son conocidos, tomando como referencia, entre otras, la lluvia y los charcos que el agua caída de las nubes efímeramente crea para deleite de la tierra y de los que gustosos chapotean en ellos. Un homenaje a la Naturaleza, tan cerca siempre de la poesía; un recuerdo de versos conocidos; una invitación a leer poesía, a acercarse a ella, sin miedo, y con determinación. ¡¡Viva, siempre, la poesía!!

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Ayer me encontré un verso

flotando en un charco del parque

y quise salvarle de un fatal desenlace

que por ahogamiento terminaría

con su eterna existencia;

presto estaba a sumergir mis manos

en tan impertinentes aguas

cuando a mi espalda escuché

el chapoteo de otro verso

en otro charco contiguo.

 

Miré al segundo verso

y parpadearon mis ojos;

miré, después, al verso primero

y parpadearon mis ojos de nuevo.

 

Mi indecisión les ponía en peligro

mis dudas ocupaban mi pensamiento,

el tiempo avanzaba, despreocupado,

sin tener en cuenta la urgencia

ante la inminente desaparición

de unos versos ahogados en sendos charcos.

 

El primer verso, ayudado de sus palabras,

alcanzó la orilla de su charco;

el verso segundo ayudado por sus silencios

alcanzó la orilla del charco suyo,

quedando los dos a salvo en tan crítico instante

gracias a sus silencios y palabras.

 

Puse el segundo verso sobre mi mano

para leer así lo que el poeta escribió:

«Volverán las oscuras golondrinas».

A su lado coloqué después el primero

para así saber lo que escribió el poeta:

«Puedo escribir los versos más tristes esta noche».

Y entre verso y verso me pregunté despierto.

 

¿Cómo habrán llegado estos poemas

a estos charcos?

¿Cómo terminaron aquí tan solos

y sin sus versos compañeros?

¿Qué hubiera sido de ellos

si yo no hubiera llegado?

 

“Nos dejó caer la lluvia fina

una mañana de primavera”,

respondió en silencio el segundo.

“Junto con otros versos

que también alcanzaron otros charcos”,

completó el silencio del primero.

 

“Los poetas que viven

entre el cielo y el infierno,

cuando regresan las primaveras,

conceden la libertad a sus versos

que llenan los charcos

en los que se reflejan los sueños”,

susurró la lluvia mientras caía.

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:)

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