El próximo martes entra la primavera, y se celebrará el Día Mundial de la poesía, además de otros días muy importantes (del síndrome de Down, de los bosques, de la eliminación de la discriminación racial…). Sin quitar importancia a ninguno de ellos, ni a los que me quedaron por escribir, creo que la celebración de la poesía se hace muy necesaria, pues forma parte de cada uno de nosotros. Aquel o aquella que escribe poesía, deja en cada uno de sus versos y sus silencios parte de aquello que le late cada vez que respira, cada vez que observa, cada vez que siente. Creo, de verdad, que la poesía es imprescindible para la vida.
En este domingo quiero poner mi granito de arena, con mis versos, dejando azul sobre blanco, parte de lo mucho que me inspira esta fecha. Para ello he elegido compartir dos liras. Ese tipo de estrofa compuesta de cinco versos: tres de siete sílabas y dos de once, que tiene su auge en el siglo XVI. Escucho a mucha gente decir: «a mi no me gusta la poesía» o «yo, es que la poesía… (poniendo un gesto de desagrado). Quizá han leído poca poesía o a destiempo. La poesía debe leerse en voz alta, escuchándonos nosotros mismos y no poema tras poema. Se lee un poema; se cierra el libro; se piensa lo leído y… se disfruta. ¡Feliz Lectura!
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Si te apetece puedes escuchar las liras
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Escribo unos versos
en este Día Mundial de la poesía
para que el universo
tome de ellos vida
llenándose de luz y de alegría.
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Nace la primavera
este marzo de dos mil veintitrés
y con paciencia espera
por derecho y revés
llenar de flores los campos que ves.
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