¿Qué puede pasar por la cabeza de alguien, para iniciar una guerra que traerá miles, millones de víctimas? Unos pagarán con sus vidas, otros pagarán con su expulsión del lugar en el que han nacido, en el que han construido su vida, en el que han soñado su futuro… Y solo, porque un déspota, sátrapa, tirano, fascista, genocida, desalmado…, y cobarde, sí, cobarde, quiere situarse por encima del resto de la humanidad y decidir sobre todos nosotros ¿Por qué? No me cabe en la cabeza y, sin embargo, ahora aparece uno más, y se llama Vladimir Putin.
Las palabras y la rabia me invaden. La incomprensión de lo incomprensible hace que no pueda conciliar el sueño, que no pueda pensar con claridad. Sí es cierto, que ahora llega este cobarde innombrable y decide hacer la guerra a un país soberano, importándole nada el dolor y la desesperación que va a causar; que está causando. ¿Y el resto de las guerras? Y el resto sátrapas, genocidas y cobardes que han montado otras guerras que causan miles de víctimas y millones de desplazados ¿Qué?
La poesía es el latido de lo que siente y vive el poeta. Los versos se convierten en cicatrices sangrantes que duelen como si se hicieran sobre la piel. Los versos te asfixian por l que cuentan y describen, pero deben ser leídos, deben ser pronunciados, deben ser escuchados, porque la poesía no puede estar ausente del dolor de los que sufren la injusticia de otros. Valgan estos versos, que ahora comparto, como prueba de solidaridad hacia el pueblo ucraniano, y para el resto de pueblos que sufren guerras o represión. Os siento cerca. Muy cerca.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Qué fácil se organiza una guerra
parapetándose tras una mesa de despacho.
Qué fácil es dar órdenes
cuando tú no las vas a tener que cumplir.
Qué cobardes son los valientes
que para aplacar su locura asesina
envían al frente a otros
para matar y expulsar, sin excusa alguna,
a hombres, mujeres y niños.
Ninguna justificación justifica lo injustificable
por muchas razones peregrinas y absurdas
que el parapetado cobarde pretenda presentar
frente a los suyos, o frente a los no suyos.
Da igual cómo le definas
da igual cómo le nombres
da igual cómo le llames
porque todo lo que no sea él
le importa sencillamente nada.
Puedes llamarle sátrapa, fascista,
genocida, asesino, cobarde…
Sí, cobarde, pues solo el cobarde
es capaz de asesinar de forma indiscriminada
para alimentar su propio ego y sinrazón.
El éxodo que provoca una guerra,
sea en el lugar que sea del mundo,
no tiene razón alguna.
Intereses económicos alimentan las guerras,
intereses personales alientan las guerras.
¡No a las guerras! ¡No a la guerra!
Me veo reflejado, junto con mi familia,
en las imágenes que llegan por los medios.
Escucho el llanto y sufrimiento de los niños
como si fuera el de mis propias hijas.
Siento en mi la desesperación de padres
que deambulan sin rumbo cierto,
o se esconden en sus casas o refugios
intentando proteger a los suyos.
Percibo el enfado, la rabia y el dolor
de los que quieren regresar
para ayudar y defender
a los que son masacrados y expulsados.
¡Parad la guerra!
¡Parad esta guerra!
¡Parad todas las guerras!
No permitáis,
no permitamos que los cobardes asesinos
sean los que decidan el futuro de la humanidad,
pues si lo dejamos en sus manos…,
ni habrá futuro
ni habrá humanidad.
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