Al atardecer del sábado 17 de febrero vi dos estrellas fugaces cruzar la noche bajo el cielo de Toledo, el mismo cielo que cobija España; que cubre Europa; que abriga océanos y mares; que arropa continentes; que viste el mundo cual el sol decide seguir su camino. Una pequeña estrella que empieza a conocer ahora el Universo les observa desde la lontananza; desde ese mágico lugar en el que el cielo y la tierra parecen quedar para encontrarse.
Me siento feliz cuando la felicidad acompaña a la gente que quiero. Me gusta estar enamorado y mi corazón late acompasado cuando observo personas que se aman en este mundo, tan falto de amor. No importa el nombre de las estrellas fugaces; no importa el nombre de la pequeña estrella que todo lo observa. Pueden tener el nombre que quieran. Posiblemente quien tenga la oportunidad de leer estos, ‘sus versos’, quieran ponerle un nombre. Para mi lo tienen.
Para todas esas ‘estrella fugaces’ que recorren Universos, vayan estos versos que ahora escribo y comparto. No importa si sigue la estela de otra estrella, o sin tan solo decide viajar solo. No importa si es una estrella recién llegada, pues tiene todo el espacio y todo el tiempo para observar, aprender, preguntar, conocer. El Universo es suyo, tan solo deberá cuidarlo.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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He visto dos estrellas fugaces
cruzar la noche sin luna
parecían jugar a encontrarse
aun siendo dos desconocidas
una pequeña estrella
observaba titilante en la distancia
nació de una de ellas.
Cuán oscura se antoja la noche
cuando el miedo
atenaza los corazones.
Tres estrellas en un firmamento infinito
en el que la distancia es nada
y todo está por acontecer
los astros parecían confabulados
para provocar el encuentro
y el encuentro fue.
Quisiera ser esa estrella fugaz
que fue madre
contar con su fuerza y su timidez
con su dulzura y sus miedos
con sus ganas de brillar
y gritarle a la noche
estoy enamorada.
Quisiera ser esa estrella fugaz
que a la luz del día
se encontró con ella
y sin conocer
aún el brillo de su mirada
perdida en un instante su huella
decidió salir a buscarla.
Quisiera ser esa pequeña estrella
que desde su temor todo lo observa
quizá se olviden de ella
si ambas de nuevo se encuentran
parece confesarle a su noche.
Y la noche que todo lo sabe
y la noche que todo conoce
le susurra serena al viento
para ahuyentar sus temores
acompañarás su espacio
acompañarás su tiempo
pues una vez se encuentren
volarás a su lado
hasta que de ti nazca una estela.
Cuán brillante se encuentra la noche
cuando el miedo
deshabita los corazones.
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😉