La rutina, o quizá la falta de ella, algunas veces, parece que nos presenta una vida monótona o aburrida, pues un día se parece tanto al ya vivido; pues un instante se parece tanto a otro ya pasado, que nos parece estar viviendo en una rueda ‘sinfín’ de la que es difícil salir. Pero si nos fijamos bien, si prestamos atención a los detalles, a esos pequeños detalles que hacen que este Mundo sea grande, nos daríamos cuenta de lo errados que estamos si pensamos de aquella forma.
Ni la luz es la misma, cuando se asoma a nuestra ventana; ni el cielo es el mismo, cuando cubre todo aquello que nos rodea; ni el viento acaricia igual las ramas de los árboles, cuando juega con sus hermanos; ni los trinos de los pájaros suenan igual, cuando alegres saludan la mañana… Todo está por estrenar para nuestra mirada, para nuestros sentidos, para que sepamos disfrutar de lo efímero del tiempo que vivimos. Quizá no deberíamos olvidarlo. No por fatalidad, ni mucho menos, pero sí por realismo.
Cuando nacemos ya tenemos fijado nuestro horizonte. Sí o sí. Todas y todos. Ahora bien, los caminos que elijamos hasta alcanzarlo será solo decisión nuestra. De nadie más. De nadie más (no lo he repetido inconscientemente, es por si NO queda claro con una vez que lo escriba y lo leas). La vida no es fácil (creo que lo ya lo he dicho en alguna que otra entrada, no importa), pero es ma-ra-vi-llo-sa. No tengamos prisa en alcanzar ese horizonte, tampoco es necesario buscar atajos, nos espera paciente.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Escucho el monótono golpear
de la lluvia en los cristales
mientras anochece la tarde
y el día se acerca inexorable a su fin.
Las semanas se van sucediendo fugaces
al igual que lo hacen los amaneceres
o las horas muertas o las horas vivas
o los insufribles minutos o los desbocados segundos.
Nada permanece en el presente,
desordenado se amontona en un pasado
que crece a la misma velocidad
con la que se marchita el tiempo.
Mañana regresará un nuevo lunes
que aún está por estrenar,
las rutinas de los laborables serán
las que en otros inicios fueron.
Sin embargo todo será nuevo
todo será igualmente desconocido
para cada uno de los que despertemos
a esta realidad que nos acoge.
Ya no se escucha la lluvia
golpeando monótona en los cristales,
el viento le ha tomado el relevo
silbando ahora una suave melodía.
Siento el sosiego acomodarse a mi lado
reconfortando esta momentánea soledad
permitiéndome disfrutar de un horizonte
que paciente aguarda mi llegada.
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😉
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Despertar cada mañana ya es en si un regalo.
Preciosas palabras…💚🌼
Efectivamente, mi querida Amiga, un verdadero regalo.
Me alegra saber que te ha gustado. Qué afortunado y agradecido me siento, al haber elegido el camino que se ha cruzado con el mío.
Gracias!!!!
Cuídate muecho.
Besos