Nos despedimos del mes de marzo y entramos en un mes de abril (es obvio) en el que por esta ‘España nuestra’ se prevé cierto movimiento social-político (por utilizar una definición suave). Momento en el que ‘nos consultarán’ sobre quiénes queremos que ‘nos gobiernen’. Donde las palabras vacías y sin sentido se convierten en su discurso. Discursos vacíos. Discursos rancios. Discursos de ‘vamos, vamos que me lo quitan de las manos’. Discursos de ‘mira la bolita, quito la bolita, pongo la bolita’.
Yo creo que ya está bien. Seamos adultos. No nos dejemos engañar por vendedores de humo, falsarios, tuercebotas, tahúres, robasueños, engañabobos… Todo tipo de calaña diversa que aprovecha las elecciones para regalarnos los oídos con mentiras que parecen verdades y verdades que, simplemente, son mentiras, aunque te lo juren sobre la tumba de su santa madre o su santo padre. Si eso no les importa, imaginad lo que les importamos nosotros y nuestra santa madre o nuestro santo padre (no me refiero al Papa).
Pensando en todo ello, quizá más de lo que debería pensar, pues a veces creo que no merecen que gaste (gastemos) ni un segundo de mi (nuestro) tiempo en escuchar sus arengas sin sentido, he querido dejar mi parecer en unos versos que ahora comparto. La poesía es necesaria siempre. Ahora también. No podemos silenciar la palabra, y cada uno lo hacemos de la manera que consideramos más útil. Te invito a que lo hagas. No se trata de ofender a nadie. Hay quien se ofende solo.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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No quiero huir de la locura
que procura la política basura
de los que amasan sin mesura
poder y riqueza
sobre todo de esos que tanto rezan
para que no decrezca
y siempre parezca
que de nosotros se ocupan y preocupan.
No quiero ver su caradura
ni tan siquiera el reflejo
de su política de un régimen añejo
que huele a rancio y a viejo
y que me eriza el pellejo
romper sin demora ese espejo
y decirles bien clarito y a la cara
que su palabra no vale nada
que no me hablen de mañana
pues tengo que pasar el hoy
malviviendo en esta morada
antes de que por no pagarla
ahora y sin demora
me vea en la estacada.
Sí quiero unir mi voz a otras voces
y sin con ello les propino algunas coces
a los que gozan de grandes casas
y buenos coches
fruto de apaños y desmanes
de la política de derroches
viviendo el día y la noche
a trote y moche
importándoles lo nuestro nada
que se hubieran dedicado a hacer calceta
o a contemplarse su geta
o a cantar una saeta
o a palparse la bragueta
pues ya se cambian de chaqueta
cuando les viene grande
o sencillamente les aprieta.
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