Versos para una vida en este domingo de mayo

hex0Vivimos en un mundo un tanto ‘acelerado’, sobre todo de un tiempo a esta parte. Claro. Esta es una opinión personal; muy personal. Vivimos en un mundo en el que todos rivalizamos con todos. En el trabajo. En el colegio. En la familia. En los amigos. Sin embargo, parece que nos hemos olvidado de que el sentido de nuestra vida está en compartir. En ayudar. En comprender. En convencer y no en vencer. En amar. En empatizar. En ser generosos. A veces me digo: ‘Cuánto tiempo perdido’. ‘¿Cuándo vamos a aprender?’

Estoy seguro de que la mayoría de nosotros en algún momento de nuestra vida hemos recibido ayuda. Y seguro que ayuda desinteresada. A esa me refiero. A ese que se da; que se ofrece; que se regala; o que se presta para que después nosotros hagamos lo mismo con otro semejante que lo necesite. Por nada y a cambio de nada. Pocas cosas tienen sentido si no se comparten. Parece que vivimos en un momento en el que la ira y el rencor lo contaminan todo. Qué pobres hemos llegado a ser.

Y pensando en todo ello (cada día) no solo hoy, he querido dibujar unos versos. Un poema. No quiero contaminarme. Lucho cada día por no dejarme arrastrar por la palabras vacías, huecas y sin sentido que pronuncian aquellas y aquellos que mayor ejemplo deberían dar. Los y las que aparecen en los medios. Las y los que toman decisiones por nosotros. Es un trabajo diario. Debemos de estar atentos. Debemos despertar y permanecer despiertos. Ellos y ellas nos prefieren dormidos.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Si dejas que la ira y el rencor

aniden en algún lugar de tu alma

qué verán tus ojos

cuando miren cuanto te rodea

qué mostrará tu mirada

cuando otros ojos te miren

descubriendo lo que guardas

proteges y alimentas.

 

No cedas espacio alguno

a las semillas del rencor y la ira

destierra cualquier pequeño síntoma

cualquier brizna que intente enraizar

en la nobleza que te hace crecer

en la humildad que te ayuda a avanzar

en la generosidad que te regala el nuevo día

cuando amanece tan solo para encontrarse

de nuevo contigo.

 

Sosiega el palpitar desbocado

de ese corazón que intenta correr

antes de aprender el primer paso

con el fin de adelantar al otro

y volverle la fría espalda

negándole la necesaria ayuda

que algún día te fue prestada.

 

Nada tiene sentido

si no compartimos lo alcanzado

qué sentido tendría la noche

si no fuera alcanzada por el día

qué sentido tendrían las olas del mar

si no alcanzasen antes o después una playa

qué sentido tendría un poema

si no fuera escuchado por un oído

o al menos observado por una mirada.

 

Qué sentido tendría la vida

cuál la razón de mi existencia

si vivo con rencor y con ira

en lugar de con humildad y paciencia

apartaré todo aquello que inflija herida

y abrazaré hasta la más mínima esencia

que mi caminar diario me permita.

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😉

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