La poesía, cada domingo, nos puede ayudar a no olvidar

logoEste año que vivimos el otoño comienza hoy, 22 de septiembre. Ayer fue el Día Internacional del Alzheimer, esa cruel enfermedad que sufren muchas personas y que padecen, aun de diferente manera, pero también de forma despiadada quell@s que conviven con est@s enferm@s. Si bien es cierto, que no deberíamos olvidar que l@s que la padecen son ell@s y merecen toda nuestra comprensión, sin dejar a un lado a l@s cuidadores y cuidadoras. Mi padre, ya mayor, la padeció junto con demencia. Había momentos en que no nos reconocía, a ninguno de sus hij@s. En esos momentos él vivía en «su mundo», pero nosotr@s vivíamos en un mundo desconocido y lleno de dudas.

Es muy importante la investigación. Es muy importante acompañar a l@s enferm@s, pero también es muy importante acompañar a l@s que acompañan, pues hay momentos en l@s que se sienten solos, desorientados, sin saber qué hacer o cómo actuar ante un situación que va distanciando dos corazones que latían acompasados. Tu padre, tu madre, tus abuel@s, tus herman@s, tus familiares… tus amig@s. Hay veces, algunas veces, que esa enfermedad hace su aparición de forma prematura y desorienta a quien la padece y a quien acompaña. En este días de inicio del otoño, permitidme que dedique estos versos a tod@s l@s que, de una u otra forma, han padecido o padecen tan despiadada enfermedad.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Según pasaron las primaveras

y según pasaron los otoños

fueron quedándose palabras colgadas

de las desnudas ramas

de aquellos árboles caducos.

 

No recuerdo cuál fue la primera

de las palabras

que descubrí bailando en el olvido

ni ella la recordaría ahora

después de tantas noches vividas

después de tantos amaneceres soñados

después de tanto tiempo pasado.

 

Manzana chaqueta nube

arcoíris pasear mar

sandía flor banco

abanico coche noche…

palabras y palabras que olvidaron

pronunciar sus labios

despacio, quedo, en silencio.

 

— Yo las pronunciaré por ti

cuando de las ramas de aquellos árboles

queden prendidas sin posibilidad de regresar

pues jamás regresa la hoja marchita

a la rama que antaño le dio vida

a la rama que un día la vio nacer.

 

— ¡Te amo!

Susurraban tus ojos a los míos

cada vez que volvían a encontrarse

mientras los silencios fueron acomodándose

en la comisura de tus labios

despacio, quedo, en silencio.

 

Tortilla parque mano

peine montaña cuchara

zapatos alfombra reloj

gorrión queso beso…

interminable lluvia de palabras y palabras

convirtiéndose luego en aguacero

que fue secando las nubes de tus recuerdos.

 

Siempre llueve de cielo a tierra

nunca regresa la gota de lluvia

al lugar del que partió.

 

— Yo las pronunciaré por ti

aunque el olvido vaya acomodando

su indeseable compañía

entre tu corazón y el mío.

 

Mis ojos seguirán hablándole a los tuyos

aun sintiéndose perdidos

nos encontraremos entre los silencios

miraremos juntos por la ventana

y susurraré, quedo, a tus oídos:

nube cielo canción

camisa casa playa

risa lámpara cocina

calle mano te amo…

Te amo.

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:)

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