No sé si existe el amor a primera vista. No sé si tenemos un amor ‘esperando’ a que lleguemos (pues quizá nunca lo hagamos, o cuando lo alcancemos sea ya ‘demasiado tarde’). Sin embargo, sí creo en que cuando dos miradas se cruzan y se hablan; y se entienden; y se escuchan; y se sonríen sin que sus labios lleguen a tiempo para pronunciar una palabra, una sola palabra, han sido tocados por el Amor. De ellos dependerá si lo aceptan o le vuelven la espalda.
Nada es sencillo en esta vida. Y creo que eso es muy positivo. Si no supusiera algún esfuerzo, algún compromiso, alcanzar una meta, no lo saborearíamos de la misma forma que si hemos tenido que emplearnos de verdad para conseguirlo. Siempre habrá luces y sombras; cielos grises y cielos claros, como el agua del arroyo salvaje que nace vibrando para encontrarse con el mar. Ningún temor. Esperar su llegada. Apartarlos, pues nada aportan.
Pensando en el sentimiento que me habita cuando enfoco mi alma hacia las personas que amo, he querido dibujar este soneto que ahora comparto. Cada cual lo tomará como más le plazca. No nos adelantemos a acontecimientos: ¿Y si…? Esperemos a llegar a ese río para cruzar ese puente. No dejemos que nuestra mente nos confunda y se ría de nosotros haciéndonos sufrir. A veces, y solo a veces (demasiadas creo yo), nos juega malas pasadas.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Sentirse cerca y caminar de la mano
esperando el latido siempre certero
que presientes antes de haber llegado
a encontrar sin premura el amor verdadero
luces y sombras se irán acercando
mas no por eso deberás sentir recelo
pues según te vayan alcanzando
encontrarás la forma de vencerlos
una sombra tras una luz aparece
intentando invadirlo nada y todo
y por muy real que se presente
no le permitas que encuentre acomodo
jamás deberá cruzar el estrecho puente
que conduce hasta tu verdadero tesoro.
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