Cada estación tiene su encanto, es una opinión personal, claro. Y, siendo sincero, no sabría con cuál de ellas quedarme, hecha esta reflexión. Hace pocos días que el verano, según el calendario, nos ha dejado y ha regresado, como cada año, el otoño. Ya sé que con el cambio climático, y dependiendo de la región en la que vivamos, los cambios de estaciones no se ajustan a su calendario natural y que, en ocasiones, parece que hay estaciones que ‘desaparecen’, pasando del verano al invierno, o del invierno al verano, hurtándonos primaveras y otoños.
No obstante, la poesía sigue haciendo su trabajo, recordándonos en sus versos que, quizá estemos sobrepasando límites a los que nunca debimos llegar, en este lugar que habitamos al que llamamos Mundo, dado que no es nuestro. Que nuestra obligación es protegerlo y preservarlo para las generaciones que vienen detrás, y que deberían hacer lo mismo. Sin embargo, espero que no lo hagan. Necesitamos reflexionar y concienciarnos y hacer, antes de que sea demasiado tarde.
Hace unos pocos días regresó el otoño. Aunque el otoño siempre vuelve, en esta ocasión no nos coge como en su última visita. Estamos inmersos, en todo el mundo, en una pandemia que nos atemoriza, que nos tiene confinados, que no esperábamos, que no sabemos bien cómo hacerle frente, mientras se lleva por delante vidas y sueños, antes de llegada su hora. Comparto estos versos para invitaros a mirar, todo aquello que nos rodea, de diferente manera a como lo hemos hecho siempre, e intentemos dar importancia a lo verdaderamente importante. Feliz otoño.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Y llegó el otoño
como lo hace cada año
encontrándonos diferentes
a como nos halló en su último regreso
y los anteriores también,
ahora desprovistos de futuro
y con caminar incierto,
otrora soñadores
y en ocasiones, tal vez, algo dispersos.
Pero el otoño no entiende de temores
ni de caminares
ni de futuros
ni de desprovistos
ni de inciertos
ni siquiera de soñadores
y mucho menos de dispersos
o de algos.
El otoño desnuda sutilmente
las ramas de los árboles
que tras el estío aguardan su llegada,
pacientes, sin prisa…,
tan solo esperan que aparezca de nuevo
con sus luces
con sus colores
con sus vientos
que ayudarán a alfombrar
veredas y campos y bosques
y caminos y calles y laderas
de colores dorados, ocres y rojos
que destacan de entre los verdes perennes
con los que la Naturaleza nos regala.
Disfrutar de este mágico tiempo
en el que nuestras ventanas
se tornan escaparates privilegiados
desde los que observar semejante espectáculo
que invita al sosiego y la paciencia;
tiempo de reflexión del alma
que habita ese corazón que late
esperando…,
esperando que todo pase
esperando que todo regrese
como regresa el otoño
después de cada verano.
Pasará
susurra el viento
acariciando las copas de los árboles;
pasará
brama el viento
hasta alcanzar el alfeizar de las ventanas;
pasará
no antes de que haya pasado
rachea ahora el viento.
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😉
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Disfrutar de este mágico tiempo
en el que nuestras ventanas
se tornan escaparates privilegiados
desde los que observar semejante espectáculo
que invita al sosiego y la paciencia;
tiempo de reflexión del alma
que habita ese corazón que late
esperando…,
José , qué preciosidad de poema. Y lleno de esperanza.💚✔
Gracias, mi querida Amiga, por tus palabras. Me alegra que te gusten estos versos, a los que les ‘di libertad’ desde el alfeizar de mi ventana, hacía horizontes desconocidos. Qué alegría que os hayáis encontrado. Besos.