Cada vez creo más en el poder de la palabra, tanto para hacer el bien como para hacer el mal. Si bien, creo que la palabra debe valer siempre para unir y nunca jamás para separar. La palabra nos ayuda a comunicarnos, a entendernos, a saber sobre el otro y que el otro sepa sobre nosotros. Las palabras nunca engañan, engañan los malnacidos que las retuercen y las manipulan para después arrojarlas sin ningún pudor contra el que está en frente.
Este fin de semana he tenido el privilegio de saber hasta dónde pueden viajar unos versos, cuando los dejas libres para que otros los encuentren, aun sin haberse extraviado. No hay nada más bello que la llegada de una palabra que nace desde lo más profundo de mis sentimientos, y alcanza los tuyos. Nada es comparable a la mágica explosión que sienten dos almas, aun sin conocerse; y quizá nunca lleguen a encontrarse, pues sus caminos están distantes mientras sus corazones laten como si fueran uno solo.
Dejemos que la palabra nos alcance y nos toque. Dejemos que la palabra llegue hasta nosotros y se acurruque a nuestro lado; en silencio; con la calidez del que regresa al lugar desconocido, donde parece que siempre aguardaban su llegada. Para todas y todos aquellos que siempre esperan la llegada de una palabra, aun sin saberlo, escribo estos versos que ahora comparto y declamo al viento.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Creyó que no había distancia
entre la tierra y el cielo
porque siempre miró el horizonte.
Creyó que no había tiempo
entre la vida y la muerte
porque nunca miró atrás.
Creyó que sus palabras nunca enraizarían
entre los corazones
porque las regalaba al viento
hasta que vio brotar lágrimas
de los ojos de aquellos que sueñan.
Le contaron sus sueños
y la soledad del silencio
cuando caminan rodeados de voces
de almas que buscan la compañía
de los que habían olvidado…
todos habían olvidado
y vagaban ya sin destino…
perdidos.
Su voz se quebró
antes de que amaneciera la noche
y las estrellas dibujaran letras
las letras abrazaran palabras y…
las palabras tomadas de la mano
escribieron su historia
antes de ser vivida
y el silencio entonces
y solo entonces
se tornó susurro.
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😉
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