La poesía, la palabra, el silencio, en este primer domingo de octubre

hex0La palabra es el arma más poderosa. No tengo duda. Pero la palabra no odia; no mata; no engaña; no ensucia; no blasfema; no ofende… Ofendemos; blasfemamos; ensuciamos; engañamos; matamos; odiamos…, aquellos que las pronuncian (pronunciamos) con esa intención. Ultimamente se habla y no se hace. Ultimamente se hace y no se habla. ¿Por qué decimos nosotros, cuando queremos decir YO? ¿Por qué decimos todos, cuando quiero decir NOSOTROS? ¿Por qué decimos nuestro, cuando quiero decir MÍO?

He querido trasladar unos versos basados en una conversación que presencié, en silencio, en unos de mis viajes por el mundo de los sueños, en el que un elefante africano mantenía una conversación filosófica con una pequeña hormiga, que se preguntaba, sobre la vida. No supe si identificarme con la hormiga o con el elefante; o con el que pronuncia palabras; o con el que pronuncia silencios. Sabrías tú con quién identificarte?

A lo largo de la historia las fábulas, las conversaciones entre animales han servido para explicar lo que con humanos sería difícil de explicar y lo que es más difícil aún, de entender. Dada la compeljidad del ‘ser humano’, el ‘claro’ lenguaje de los animales y, sobre todo, su diferencia de tamaño o de habitat, hacen ‘creíbles’ algunas historias increíbles, pues ellos, al igual que el ‘ser humano’ conviven sobre la misma tierra y bajo el mismo cielo, aunque pueda parecer asombroso.

Si te apetece puedes escuchar estos versos:

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¿Cómo se puede calcular

la distancia

entre una palabra y su mentira?

–le preguntó la hormiga

al elefante–.

 

Muy sencillo

mi querida amiga

–respondió el elefante–

cuenta el tiempo que se agota

entre que se pronuncia

y tú puedes percibirlo

al igual que cuentas

los largos días de tormenta

en los que se ilumina el cielo

y el estruendo rompe el silencio

en infinitos pedazos.

 

Pero ten cuidado

mi pequeña amiga

mi tiempo no es igual

a tu tiempo

mi espacio no es igual

a tu espacio

mi mundo no es igual

a tu mundo

aunque los dos caminamos

sobre la misma tierra

que no te engañe el viento

que acerca el eco de los sonidos.

 

Las palabras no mienten

mienten quienes las pronuncian

a sabiendas de que mentir quieren

las palabras no odian

odian quienes las pronuncian

a sabiendas de que odiar quieren…

 

Si las palabras no mienten

si las palabras no odian

mi gran amigo

por qué tanta mentira

por qué tanto odio.

 

Sube por mi trompa

hasta acercarte a mis ojos

y podrás mirar lo que yo miro

caminaré hasta la laguna

de los cuatro ríos

y en el camino te hablaré

del rincón en el que se guardan

los silencios de las palabras

el único lugar en el que se oculta

la verdad

de lo que se ha pronunciado.

 

Nada escapa al silencio

ni tan siquiera la palabra.

.

😉

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