Cuánta hipocresía. Cuánta falta de memoria. Refugiados alemanes; refugiados franceses; refugiados italianos; refugiados españoles…
El mundo está lleno de países que cuando les asoló la guerra, sus ciudadanos tuvieron que buscar refugio más allá de sus fronteras. Cuán frágil la memoria.
Aquellas y aquellos que gobiernan no se ponen de acuerdo en qué hacer, mientras inocentes mueren; niños, jóvenes, ancianos… Ahora, todos se rasgan las vestiduras cuando ven la imagen de un niño muerto sobre la arena de una playa. Hipócritas. Sabéis que mueren muchos niños cada día ¿y esta imagen os ha conmovido? Embusteros. Mentirosos. Mezquinos. Incompetentes.
Pido perdón, como ser humano, por la parte de responsabilidad que pudiera tener ante esta sinrazón.
Si te apetece, puedes escuchar los versos:
Duerme la ilusión
sobre la arena
susurra el viento
no duerme mi querido amigo
no duerme
ha muerto
responde ahogada la blanca arena.
Una casa normal
una familia normal
como tantas casas normales
como tantas familias normales
y una indecente guerra
como tantas guerras indecentes
que masacra familias normales
que viven en casas normales.
Huyen de la muerte
hacia la vida
como tantos otros
hacia países
en los que viven familias normales
en casas normales.
No son vidas anónimas
tienen nombre y rostro
igual que nosotros tenemos rostro y nombre
Abdulá, Rihan, Galib, Aylan
no querer conocer
es no querer saber
se vive más feliz con los ojos cerrados
o mirando hacia otro lado.
El mismo cielo sobre sus cabezas
el mismo mar
que baña esas costas de países
en los que viven
familias normales
en casas normales
acompaña su viaje
mientras
gobernantes sin escrúpulos
indecentes mujeres y hombres acomodados
en sus casas normales
con sus familias normales
deciden
sobre el futuro
de aquellos que quieren dejar
atrás la muerte
mientras ellos
siguen vendiendo armas
siguen amasando fortuna
siguen organizando guerras
diciendo lo contrario de lo que hacen
y haciendo lo contrario de lo que dicen
olvidaron la historia
pero la historia no les olvidará a ellos
porque tienen nombres
porque tienen rostros.
Te pido perdón
Abdulá Kurdin
padre de una familia normal
que vivía en una casa normal
y al que la irracionalidad de la guerra
el egoísmo del ser humano
y la necedad de la sinrazón del mundo
le arrebataron lo que más amaba
como a tantos otros padres
como a tantos otros hijos
como a tantas otras madres.
Siento que todo seguirá igual
hace tiempo
mucho tiempo
que perdí la fé en el ser humano
que gobierna y decide
por el bien de los demás
¿de qué demás?
Todos vivimos
en un lugar llamado Mundo
y creo
que lo hemos olvidado.