Octavo domingo de confinamiento #YoMeQuedoEnCasa

logoHoy es día 3 de mayo. Primer domingo de mayo en el que por estas latitudes celebramos el Día de la Madre. Y por ello quiero, en primer lugar, felicitar a todas las madres, pues gracias a ellas todxs nosotrxs estamos aquí. No obstante, no es una festividad como la de otros años, pues es la primera vez que estamos confinados en nuestras casas. Creo que lo recordaremos siempre, pero no por ello mis deseos de felicidad, encuentro, abrazos y recuerdos es menor. Ni un ápice. Siempre GRACIAS a todas las madres.

En mis versos de hoy quiero aportar mi granito de arena en esta extraña primavera que ahora nos acompaña. Las estaciones se relevan unas a otras con independencia del ritmo de vida que decida marcar el Ser Humano. No consulta con nadie. No pregunta a nadie. No pide permiso a nadie. Mientras nosotros intentamos interferir en sus cambios naturales, una vez tras otra. ¡Qué pérdida de tiempo! ¡Qué sinrazón! Aprendamos. Intentemos entender esta experiencia como una oportunidad, y no como una condena.

Cada uno de nosotros podemos (debemos) participar desde nuestro espacio cercano, para intentar que nuestro entorno cambie a mejor. Empecemos por, al menos, intentar ser mejores cada uno de nosotros. De forma individual. Sin rendirnos. Sin importarnos si el resto aprovecha la oportunidad o no. No es nuestro cometido, pero quizá sí lo sea el cambiar nosotros. Ser mejores solo depende de cada uno de nosotros. Que cada cual haga su elección. Es lo que tiene el libre albedrío.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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He aprendido a desplegar

mis alas

sobre esta extraña primavera

y a batirlas con la suavidad

de los sueños que ahora vuelan

por encima del camino elegido

no hay fronteras

no hay muros

no hay ventanas ni puertas cerradas

no hay confinamiento

siempre que mi mente decida volar libre

sobre la vida

jugando entre las nubes troqueladas

bajo un azul firmamento

en busca del arcoíris que siempre se dibuja

después de la tormenta.

 

Nadie necesita un cielo

para iniciar ese primer vuelo

que despierta los sentidos

cuando decides observar el mundo

con esa mirada que tanto tiempo

llevas buscando

y al fin crees haber encontrado.

 

Nada está cerca o lejos

no hay distancia insalvable

para aquel que remonta

de nuevo el vuelo

o para aquel que hace tiempo ya

decidió volver a volar.

 

Ni es tarde o temprano

para tomar la decisión

que en libertad decida

pues nadie coserá mi sombra

al frío y yermo suelo

pues nadie cortará mis alas

con promesas

que nunca serán verdad.

 

Escucharé el latido de mi corazón

que camina hacia aquel horizonte

en el que se funden cielo y tierra

en el que se funden suelo y vida

aquel horizonte donde abrazaré

aquello que tanto anhelo.

 

He aprendido a desplegar

mis alas

y de nuevo remonto el vuelo.

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😉

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