Llevo varias noches soñando con viento, suave y bravo. Soñando con agua salada, bien sean lágrimas o agua de mar. Una noche tras otra. Pero al despertar de la mañana me sentía bien. No me sentía triste, más bien alegre y contento…, o quizá eufórico en algún despertar. Por lo tanto, abrí mi cuaderno de poesía, busqué la primera página en blanco después de la última escrita, y dejé que mi bolígrafo que escribe en color azul hiciera el resto, guiado por mi mano derecha.
El resultado es lo que ahora comparto con todos vosotros y vosotras. A veces, algunas veces, tengo la sensación de que se nos olvida que alguna vez fuimos jóvenes; incluso que fuimos niños. Un tiempo en el que soñábamos, incluso con imposibles, pero que creíamos poder alcanzar, y eso nos hizo crecer y avanzar. El convertirnos en adultos es algo que no podemos evitar. Es cuestión de tiempo, nada más. Sin embargo, el convertirnos en adultos aburridos y desesperanzados, solo es responsabilidad nuestra.
Quiero compartir estos versos con aquellas y aquellos que no han dejado de soñar. Con aquellos y aquellas que alguna vez soñaron y que han dejado de soñar. Con aquellas y aquellos que nunca soñaron y quisieran poder soñar. Con aquellas y aquellos que aún creen que todo es posible, con esfuerzo y constancia. Soñar. Siempre soñar y vivir. Vivir y soñar.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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¿Dejar que el viento
peine mis pensamientos
o que los arremoline y alborote
igual que los sueños de juventud
danzan hasta alcanzar lo inalcanzable
palpitando rebeldes y desbocados
como si el mundo no tuviera límites?
¿Dejar que la noche
cubra de oscuridad y sombras
la tarde que lenta se despide
o permitir que las estrellas
iluminen un firmamento
preñado de deseos por cumplir
que abrazan nuestros anhelos
persiguiendo estelas que dibujan
caminos sobre nuestros recuerdos?
¿Dejar que las lágrimas
broten fugaces cuando nadie nos mira
o sentir cómo forman nubes blancas
que descargan en fina lluvia
sobre una mar brava
que rompe contra rocas informes
sobre una mar calma
que acaricia la arena cálida de tu playa?
Dejemos que el viento
la noche
y las lágrimas
hagan lo que hacer quieran
pues nada ni nadie
detiene una lágrima
si el corazón sufre o ama
pues nadie ni nada
detiene la noche
si la luna busca la luz de las estrellas
pues nada ni nadie
detiene el viento
si la Naturaleza quiere abrir senderos
pues nadie ni nada
podrá impedirnos
que soñemos lo que soñar queramos.
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😉
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Eres pura poesía querido amigo.
Gracias por tus palabras. Creo que es más necesario que nunca que la poesía ocupe un espacio en este mundo que habitamos. Un fuerte abrazo