Reencontrarnos también en la poesía; en el verso; en la palabra

logoEl reencuentro. Reencontrarnos con aquellas y aquellos con los que la compañía y la conversación era un momento de felicidad; de alegría; de satisfacción…; de necesidad. No importaba si era ‘en tu casa o en la mía’; o en el ‘bar de la esquina’; o en el ‘restaurante de siempre o en otro nuevo’; o para ver ‘la última película de estreno’…; o simplemente para vernos y charlar. Charlar de ‘lo humano y lo divino’. No importa la razón. El reencuentro se hacía necesario.

Sin embargo, han sido muchos, creo que demasiados, los que no podrán asistir a ese reencuentro. Muchas familias hemos sufrido esa muerte cercana llena de soledad y silencio. Sin despedidas. Sin abrazos. Sin consuelo. Con la crueldad de los adioses no pronunciados. La vida no pregunta, tampoco lo hace la muerte. Para todas y todos ellos vayan mis recuerdos. DEP.

Salgamos de nuevo a reencontrarnos; sin miedo, pero con precaución; con alegría, pero con responsabilidad. Ese bicho que nos ha obligado a un encierro, demasiado largo, sigue ahí fuera. No deberíamos olvidarlo. Solo tenemos que mirar a otros países, a otros continentes. No sé si volveremos a lo que antes teníamos. Tampoco estoy seguro de quererlo. Nos venden una Nueva Normalidad, pero es que yo no quiero volver a la Normalidad en la que vivíamos. Donde había cosas muy normales, que nunca debieron serlo. ¿También estarán ahora? ¿Hemos aprendido algo?

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Reencontrarnos después de la tormenta

de ese aguacero que nada nos parecía

tan solo un ‘calabobos’ que decían algunos

y que poco a poco, o quizá con demasiada prisa

nos ha ido calando a todos.

 

El cielo que cubre nuestra frágil seguridad

nuestro ansiado y deseado ‘estado de confort’

que creíamos protector de nuestro futuro

empezó a colmarse de nubes grises

que amenazantes llegaban a todas latitudes.

 

El miedo empezó a extenderse oscureciendo

nuestras esperanzas y nuestros sueños

a la misma velocidad con la que las sombras

ensombrecen caminos y veredas

en esos cortos días de otoño

cuando el sol en todo lo alto busca inexorable

la noche en su Poniente.

 

La soledad acompañó nuestros días

y la silenciosa muerte de muchos de aquellos

que lo dieron todo en un tiempo

en el que nada había y la vida era un vaivén

de suertes y desventuras

se extendió sin conocer fronteras

sin distingo de poderosos o pobres

pues todos somos iguales cuando la parca

decide salirnos al encuentro.

 

Mas siempre amanece de nuevo

siempre regresa la vida

allá donde la muerte creyó dejar su huella

todo regresa como en un círculo

que desconoce su fin y su principio.

 

Regresamos porque queremos hacerlo

regresamos porque necesitamos hacerlo

y reencontrarnos con aquellos a los que amamos

con aquellos cuyos corazones ansían de nuevo el encuentro;

nada tendría sentido alguno si no necesitásemos

de las miradas que siempre nos han mirado

de las manos que siempre nos han acariciado

de los brazos que siempre nos han abrazado

de las palabras que siempre nos han consolado.

 

Reencontrarnos

siempre reencontrarnos

con la precaución y el cuidado

que guarda aquel que se mojó en la tormenta

pues las nubes no se han marchado

por muy azul que ahora veamos nuestro cielo

tan solo fueron al reencuentro de otras nubes

y todas juntas tal vez regresen

no sé si traerán lluvia

pero sé y bien que sé

que todo regresa de nuevo

las nubes sin ninguna duda

pero también los reencuentros.

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:)

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