No sé si me sucede a mi solo, o también os pasa a vosotras y vosotros. Estoy un ‘poco cansado’ (o un mucho, a veces), de noticias negativas que oscurecen, aún más, este tiempo que nos ha tocado vivir en estos días. No digo con ello que se deba dar la espalda a la realidad, todo lo contrario. ¿De verdad que no hay nada (o poco) positivo que esté sucediendo en el Mundo para que solo se hable de caos (sobre todo económico y político); se inunde prensa y redes de medias verdades y de verdaderas mentiras? por favor, un poquito de cordura. Y si ‘ellos’ no la ponen, intentemos ponerla nosotros.
Por lo tanto, ¡¡Viva la poesía!! Creo que es un buen remedio. Creo que leer poesía es un buen antídoto. Al menos escribirla sí lo es, os lo garantizo, al menos en mi caso. Escribir lo que pienso y lo que siento es muy gratificante. Compartiendo mis versos intento contagiar y contagiarme de esa fuerza que sé que está en el ambiente y que nace de la positividad que cada una y cada uno de nosotros lanza al aire que todos tenemos y debemos respirar. Gracias por vuestra fuerza. Todos juntos llegaremos más lejos; no importa lo que tardemos, pero nadie puede quedarse atrás.
Es mi (nuestro) sexto domingo de confinamiento y seguiré quedándome en casa hasta que consideren los expertos que es el momento de empezar a salir. Sé que nada volverá a ser igual, algo en nosotros habrá cambiado o habrá empezado a cambiar. Ojalá sea positivo, pero permitidme que tenga mis dudas. Como siempre habrá de todo, pero así somos los seres humanos: egoístas y solidarios; empáticos e indiferentes. Yo elijo alinearme con la solidaridad y la empatía. Es la grandeza del Libre Albedrío. ¡¡Feliz confinamiento!!
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Nadie nos dijo cuando llegamos
que la vida sería una fácil travesía
un camino de rosas
huérfano de espinas
con una suave fragancia
que acompañaría cada uno de nuestros sueños.
No.
Nadie nos advirtió de todo y de nada.
¿Y qué más da?
¿Qué importancia hubiera tenido eso?
Posiblemente nada hubiéramos creído.
Y sin embargo
en este tiempo en el que el desánimo,
la soledad, la apatía, la desesperación,
la incertidumbre, las dudas, los miedos,
las pérdidas, la tristeza, las pesadillas…,
se empeñan en llenar nuestro día
un amanecer tras otro
más despiertos deberemos permanecer
prestando nuestros oídos a todo lo positivo
que la vida sencillamente nos regala
prestando nuestra mirada a toda la luz
que nos viene sencillamente regalada
desechemos el ruido de fondo
desterremos las sombras que nos abrazan.
Todo habita en cada uno de nosotros.
Seamos agradecidos cada día
y no solo cada tarde a las veinte horas
aplaudamos el amanecer de la vida
y no solo cada tarde
sonriamos a la vida que nos palpita
y no solo.
No importa si son nubes de tormenta
lo que puebla el cielo que nos acoge
ni siquiera importa si el sol que nos alumbra
decide visitarnos con todo su esplendor
pues todo dependerá de nuestra mirada
y de lo que verdaderamente queramos mirar
de cada uno de nuestros sentidos
y de lo que realmente queramos sentir
de cada paso que queramos avanzar
y de lo que realmente hayamos avanzado.
Nadie nos dijo cuando llegamos
que la vida sería una fácil travesía
y sin embargo
todo habita en nosotros
solo tenemos que encontrarlo.
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😉
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