Te puedo cantar Feliz Cumpleaños, entre verso y verso

logoComo todo hija e hijo de vecino cada año cumplo un año más, sé que es una obviedad, pero debo señalarla dado el contenido de esta entrada y los versos que la cierran. No puedo decir, pues no sería del todo cierto, que cuando me miro al espejo ‘me veo igual’. ¿Igual que qué o que quién?  Sería tema para otra entrada, no para esta; quizá en otro momento. Pero no es menos cierto que cuando soy verdaderamente consciente del pasar de los años, es cuando veo crecer a mis hijas, y en este caso también a mi nieta. Ellas son las que reflejan el pasar de ‘mi tiempo’, y eso me hace muy feliz.

Confieso que me gusta cumplir años, ya lo he escrito en alguna que otra entrada, pues es señal de que aún ‘sigo aquí’, y espero que por mucho tiempo. Me alegro de que ellas también vayan cumpliendo años, por la misma razón (entre muchas otras). El poder acompañar su caminar, a veces en la distancia, pero siempre unidos por esos corazones que laten acompasados, hacen que me sienta vivo y con muchas ganas de seguir a su lado. Por cierto, hoy no es mi cumpleaños, pero en unas pocas horas será el cumpleaños de mi hija pequeña. Le deseo un día lleno de magia y, sobre todo, que sea feliz; que se sienta feliz. Felicidades, mi Amor.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Ver crecer a mis hijas

es el mejor de los regalos

que la vida podría hacerme.

Mirándolas a ellas

veo el camino hasta ahora recorrido

y siento el abrazar de esa alegría

que tan solo el verdadero amor procura.

 

La primera llegó un día de julio

poco después de cumplido el solsticio de verano

y llenó mi vida de luz y de frescor.

La segunda llegó un día de diciembre

poco antes de cumplirse el solsticio de invierno

y llenó mi vida de luz y de calor.

 

Ellas conforman ese Universo único

que acompaña mis ayeres y mis hoyes

y quién sabe si mis mañanas.

 

Pensar en ellas

mientras su ausencia;

mirar su vivir

mientras siguen camino;

sentir sus abrazos

mientras me abrazan;

escuchar el latido de sus corazones

acompañando el latir del mío,

convierten la felicidad

en ese instante efímero y fugaz, pero intenso,

que anhela todo Ser Humano

en el discurrir de sus días

para sentirse sencillamente pleno.

 

Veros crecer

es entender que sigo caminando,

a veces bajo cielos cubiertos

de nubes grises,

a veces bajo cielos despejados

donde un azul intenso

llena de luz nuestros destinos.

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😉

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