Se dice que el tiempo es ‘relativo’. Que depende de los observadores que miren un acontecimiento o varios que sucedan de forma simultáneas, dado que cada uno tendrá una perspectiva diferente a la del otro u otros. En cualquier caso, y sin entrar en profundidades físicas, dado que me confieso un total ignorante, el tiempo avanza inexorable por mucho que nosotros nos empeñemos en ‘controlarlo’. Pero, creo, que nuestro ‘tempo’ lo controlamos (o deberíamos controlarlo) cada uno de nosotros, pues el presente es efímero y nos movemos entre un ayer, que ya es pasado, y un mañana incierto que está por llegar.
Que no te obsesione el tiempo. Que no nos obsesione el tiempo. En esta época en la vivimos y se prima/valora la inmediatez de las cosas y de los hechos, incluso sin importar los resultados, creo que la paciencia y la espera es una virtud a tener en cuenta. Disfrutemos del momento. De lo que nos brinda la vida, ahora. En ese instante preciso en el que nuestro corazón late; en el que nuestros pies caminan, o se detienen; que nuestra mirada mira la belleza que nos rodea… Dejemos que nuestros sentimientos afloren. Nos acercarán a la vida, y a nuestros semejantes.
Permíteme, un domingo más, que comparta unos versos contigo. Y, por favor, vive, vive sin importarte que amanezca un mañana que aún está por llegar. Y salta alto si sientes que tus manos quieren alcanzar el cielo. Te invito a que busques en la poesía la respuesta a algunas de tus preguntas. Quizá no halles la respuesta que esperas pero quizá, y solo quizá, surjan nuevas preguntas, que ya es importante.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Pasa el tiempo sin esperar
que tú le sigas, si caminas a su lado,
si necesitas avanzar más despacio,
si necesitas detenerte y respirar,
hacer un alto en tu camino,
tomar aire y regresar a la senda
que tus pies irán huelleando,
pues el tiempo no piensa detenerse
ni por ti, ni por nada, ni por nadie.
¿Y qué más te da lo que el tiempo
quiera, piense o decida hacer,
si es que decide, piensa y quiere?
No puedes ser su dueño
ni tan siquiera intentes controlarlo,
pero sí puedes hacer que tu tiempo,
ese que ahora vives,
se acomode al palpitar de tus sentimientos,
tan solo detente cuando lo necesites,
sueña sin importarte si estás dormido o despierto,
corre cuando quieras la compañía del viento,
ralentiza el latir de tu corazón si estás enamorado,
sonríe si una sonrisa se dibuja en tus labios,
deja desbordar tus ojos si la felicidad te pide paso
y también si la tristeza se acerca para acompañarte,
salta alto si tus manos quieren alcanzar el cielo,
abraza, si necesitas sentir el pulso de otros corazones
y sobre todo vive…
Vive hoy sin esperar a que amanezca mañana
y así cuando amanezca
podrás tomarlo con fuerzas renovadas,
ayer quedó ya en el pasado
y hoy, de nuevo, es tu momento,
haz que sea el principio
de todo lo maravilloso que esté por llegar.
El tiempo solo son segundos, minutos,
horas, días, meses, años…
que repite un reloj o un calendario;
tú eres vida hasta que llegues al final del camino.
Desde tu partida hasta tu llegada
eres ese verdadero compañero de viaje
que nunca te abandonará…,
ni hoy, ni mañana.
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