Me considero una persona realista. Si es cierto que en alguna ocasión puedo pecar de idealista y soñador. Pero en ningún caso pesimista. La vida es lo que es. Igual te da que te quita. Y no por eso dejo de pensar que es maravillosa, pues cada día nos brinda una nueva oportunidad, que no deberíamos desaprovechar. Y aunque, a veces, puede parecer ‘larga’, la vida es ‘muy corta’. Apenas un breve suspiro; un batir de alas; un pestañear de miradas…; el eco de un silencio antes de pronunciar un ‘te quiero’.
Sin embargo cuando tienes cierta edad; te paras; miras a tu alrededor; reflexionas; recuerdas…; te das cuenta de que hay mucha gente próxima a tí que ya ha partido. Que hay mucha gente, siguiendo una ‘ley de vida’ que a veces ni es ley y sí que deja de ser vida, que está viviendo en un andén y que pronto tomará su tren. Viviendo en un embarcadero y que pronto desplegará las velas de su barca rumbo al horizonte. No quiero dar la sensación de tristeza, pues solo la muerte y la despedida forman parte de la vida. Es una realidad que debemos asumir. Y ser felices.
Pensando en playas, y en andenes, y en embarcaderos, y en aeropuertos, y en tantos y tantos lugares en los que puedes tener la sensación de despedida o de llegada, he dibujado estos versos que ahora comparto. No sé si los escribí dormido o despierto. No sé si soñaba o vivía mientras ponía negro sobre blanco cada palabra. Lo que sí sé, sin lugar a dudas, es mi amor a la vida y a todo lo que me rodea. Feliz domingo. Feliz semana. Feliz vida.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Puede que hace tan solo un instante
todo haya sido simplemente un sueño
si bien sé que ahora no estoy dormido
pues me siento alerta y bien despierto
me encontraba sentado en un solitario banco
entre el andén segundo y el andén tercero
y mientras unos viajeros felices llegaban
otros vagones se colmaban de pasajeros.
Me encuentro con los pies bien posados
sobre la tierra
y agradezco a la vida los regalos
que cada mañana me acerca
pero no por ello
ni tan siquiera entorno mis ojos
para no ver que igual que te da
a la postre también te quita.
Son más los pasajeros
que hasta este andén se acercan
para partir
que aquellos que llegan
o están por llegar
lo abordan rostros conocidos
que ya no volveré a ver
lo abordan rostros desconocidos
que ya no podré conocer
duele tanto el vacío
que deja la ausencia
que tan solo se aplaca
con los recuerdos
sin embargo
siento en mi mirada
la alegría desbocada
por los recién llegados.
Puede que hace tan solo un instante
haya estado más que despierto
si bien sé que ahora estoy dormido
pues estoy convencido de soñar un sueño
me encuentro caminando y despreocupado
sobre las gruesas traviesas de un embarcadero
y mientras unas barcas parten rumbo al horizonte
otras se amarran con la alegría que acompaña al viajero.
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