Versos de príncipes y princesas para este domingo de noviembre

hex0Cuánto daño han hecho los cuentos de príncipes y princesas en nuestra educación. Es una opinión personal, desde luego. No tienes por qué estar de acuerdo, pero creo que la ‘guinda’ a esta opinión personal la ponen las películas que se han hecho, en la que las princesas vivían ‘desprotegidas’ hasta la llegada de su ‘príncipe azul’ que las salvaba de su ‘cautiverio’, se casaba con ellas y «…vivían felices y comían perdices…» en su reino o en nuevo reino, pero siempre gracias a su ‘salvador’.

Cuando nacemos ‘desconocemos’ si somos niño o niña (macho o hembra). Son nuestros padres y la ‘sociedad’ los que se encargan de inculcarnos ese ‘rol’ que deberemos mantener a lo largo de nuestra vida. A los niños de una manera (tienen pene); a las niñas de diferente forma (tienen vagina). ¿Por qué no les enseñamos a respetar al resto de seres humanos, sin distinción de sexo, raza o credo? Y por extensión a respetar al resto seres vivos y a la Naturaleza.

Tendría mucho que decir (escribir) respecto de este tema. Y lo haré. Pero más adelante y quizá en otro formato (ahí lo dejo). Por ahora, he querido ‘construir’ este poema que ahora comparto. Cada vez que hablo con más mujeres (no es de ahora), me convenzo más y más de que nosotros (los hombres), las conocemos ‘nada o muy poco’. Ellas están despertando (me hace sentir bien), pero me surge una duda. Una duda que no consigo despejar. ¿Cuándo vamos a despertar los hombres, y situarnos al lado del otro cincuenta por ciento (más o menos) de la población que habita el mundo?

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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No existen los príncipes azules

en algún momento nos engañaron

y nos lo creímos

quizá porque nos resultaba atractivo

nos sentimos salvadores

de princesas retenidas en altos torreones

por malvados reyes o despiadadas brujas

de princesas ocultas en profundas y oscuras grutas

vigiladas por dragones lanzadores de fuego.

 

No existen los príncipes azules

ni verdes

ni amarillos

ni violetas

ni tan siquiera multicolores

todo resultó ser una fábula infantil

para entretener las noches

y enredar el tiempo

nunca debió utilizarse

para construir nuestros sueños.

 

En un tiempo me creí un príncipe

no importa de qué color

cabalgué sobre la grupa de un negro corcel

noche tras día y día tras noche

hasta alcanzar el inalcanzable torreón

en el que aseguraban vivía una princesa

que necesitaba ser rescatada.

 

Tras alcanzar sus gruesos muros

escalé hasta la única ventana

que iluminaba su interior

la estancia estaba vacía

y a juzgar por lo que allí había

debieron abandonarla hace mucho tiempo…

mucho tiempo.

 

No existen las princesas rosas

ni violetas

ni verdes

ni amarillas

ni tan siquiera multicolores

todo resultó ser una fábula infantil

para entretener el tiempo

y para enredar las noches

nunca debió utilizarse

para construir nuestros sueños.

 

Tan solo existen hombres y mujeres

que no necesitan ser salvados

que no necesitan de salvadores

que no necesitan que les cuenten cuentos

que no se conforman con medias naranjas

ni tan siquiera con medias manzanas

se comerán la fruta entera

una vez llegado el momento

si eso es en verdad lo que desean.

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😉

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