Atrás quedó el tiempo de silencio; regrese el tiempo de palabras, con unos versos

hex0¡¡Basta ya!! Ya está bien de tanta hipocresía; y tanta falsedad; y tanto engaño; y tanta manipulación; y tanta desvergüenza; y tanto ‘yo no he sido’; y tanto ‘han sido ellos’; y yo saco mi bandera porque es mía y la enfrento a la tuya…¡¡¡Ya está bien!!! Siento vergüenza cuando miro las noticias o escucho argumentos, en la mayoría de las ocasiones interesados. Pocas son las voces sensatas. Y si alguien intenta poner cordura ‘recibe’ de todos los lados.

Nací en un pueblo de León hace cincuenta y siete años, mi madre viajaba con la compañía de teatro de mi abuelo. Allí permanecimos diez días y después a viajar por diferentes pueblos de toda España durante tres años que nos vinimos a Madrid. ¿Creéis que me puedo considerar de un solo lugar? Sí es cierto que nací en aquel pueblecito leonés, al que he regresado de mayor para conocer sus gentes y sus calles, pero soy, y quiero seguir siendo, ciudadano del Mundo.

Pensando y escuchando todo lo que escucho y pienso, he querido dibujar unos versos. En esta ocasión le he prestado mi voz a ‘El Silencio’, que harto y cansado de tanto escucharse, ha querido dejarnos un mensaje, y partir. Pensemos por nosotros. Cuidémonos de los salvapatrias y de los abrazabanderas. De los falsos mesías que vienen a salvarnos. Y de los falsos profetas que vienen a hablarnos del futuro. ¿De qué nos van a salvar, de ellos? ¿De qué nos van a hablar, de su futuro?

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Si te apetece puedes escuchar estos versos

.

Sácame de este tiempo

en el que la sinrazón

la soberbia y el empecinamiento

desgobiernan;

bramó ahogado El Silencio.

 

No quiero escuchar más mentiras

no quiero escuchar más engaños

que broten de las infectas bocas

de mujeres y hombres

a los que sus semejantes

les importan nada.

 

Ya pasó mi tiempo

y ahora debe regresar la palabra

aquella que fue expulsada

por sátrapas, ignorantes y desalmados

que manipularon sus significados

haciendo de mentiras verdades

invertebrando cada vocal

luxando cada consonante

hasta su agotamiento y desesperanza.

 

No es necesario sentarse

a una mesa regada de viandas

no es imprescindible ocupar

cómodos sillones de lana o cuero

deberían sentarse sobre el suelo

sobre la tierra desnuda

hasta escuchar su latido y sus lamentos

en círculo

donde cada mirada

observe cada mirada

y toda palabra pueda ser dicha

y toda palabra pueda ser escuchada.

 

Ya no es tiempo de silencio

ahora es tiempo de palabras.

.

:(

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