¿Hace tiempo que no te ves con algún amigo o alguna amiga, que en tu infancia, o en tu juventud, fue ‘lo más’ para ti? ¿Hace mucho tiempo que no te sientas con tu hermano o con tu hermana para hablaros, sin prisas; degustando el tiempo, ese tiempo compartido? ¿Hace tiempo que no te ves con tus primas o tus primos, aquellos que compartieron risas y juegos de infancia?
A veces tenemos a gente que nos importa y a la que queremos cerca; muy cerca. Y sin embargo la distancia parece ‘insalvable’ en algunas ocasiones. Sé que vivimos a una velocidad que no es a la que gira el mundo. Este sobre el que todos caminamos. Nos paramos poco, si es que lo hacemos; compartimos con prisas, si es que lo hacemos. Pero no nos detenemos de verdad, como si se detuviera el tiempo, y disfrutamos de lo más importante de la vida: las personas que nos importan y a las que les importamos.
Pensando en esto, y en otras muchas cuestiones (cada uno que piense lo que quiera, faltaría más), he querido dibujar estos versos que se «…arriesgó a pensar el viento…». Quizá le damos demasiada importancia a cosas que no la tiene. Quizá le damos poca importancia a cosas que sí la tienen. Hemos llegado a ‘este mundo’ NO para quedarnos; tan solo pasamos por él. Os invito a dejar una buena huella en la gente que os importa. Les hará feliz. Os hará felices.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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Hacía mucho tiempo que no se encontraban;
quizá demasiado
arriesgó a pensar el viento.
Compromisos laborales de uno
compromisos de amistades del otro
reuniones entre viejos amigos
reuniones ante nuevos proyectos.
Habían compartido infancia
compartieron juventud y sueños
vivieron bajo el mismo techo
compartieron la misma mesa
la misma comida
la misma habitación
la misma cama
compartieron los mismos padres.
Nueve meses vivió y creció Juan
en el mismo lugar
que dos años lo hiciera Alberto
antes de llegar a este mundo
y sin embargo
parecían dos desconocidos.
Alberto es padre de dos niños
Juan es padre de dos niñas
apenas se conocen los primos
apenas se conocen sus mujeres
apenas se conocen los hermanos.
Cuan inmensa se antoja la distancia
si los latidos del corazón
no acompasan el palpitar de la vida
aunque caminemos por las mismas calles
aunque nos alumbren las mismas luces
al llegar la noche
aunque respiremos el mismo aire…
cuan inmensa se antoja la distancia.
Hoy se han encontrado;
ya era hora
arriesgó a pensar el viento.
¿Por qué hemos tardado tanto
en reencontrarnos?
¿Por qué hemos tardado tanto
en volver a abrazarnos
y sentir como antes sentíamos?
¿Por qué hemos tardado tanto
en recordar juntos nuestros sueños
tantas veces soñados
tantas veces compartidos?
Las nubes dibujaron su respuesta
bajo un intenso cielo
mientras sus ojos se miraron
como hacía mucho tiempo se miraban.
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😉
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