No importa que hayan pasado nuestras vacaciones. No importa que estemos disfrutándolas ahora. No importa que no hayamos tenido. No importa que no las tengamos en mucho tiempo. Ante cualquier situación, y con ello no descubro nada, pues es una obviedad, el tiempo no se detiene y en nuestras latitudes nos presentamos ante el último domingo de este verano. Vendrán otros, pero este quedará en nuestro recuerdo para recuperarlo, si es nuestro deseo, cuando el tiempo acompañe.
Pensando en ello; y en playas y mares; y en campos y amaneceres; y en andenes y trenes; y en recuerdos y soledades; y en risas y juegos…; y en un tiempo ya vivido y ‘guardado’, he querido dibujar estos versos que ahora comparto. Como en toda etapa de nuestra vida hay gente que se ‘va quedando por el camino’. Sin embargo, aunque no suban a este tren, viajan en nuestro recuerdo.
Por todo lo vivido y lo que (espero) me quede por vivir; por todas y todos los que en algún momento compartieron vagón conmigo, o tan solo nos cruzamos en el pasillo y nuestras miradas se encontraron; por esa Naturaleza que nos regala amaneceres y lluvia, y a la que cuidamos tan poco, vayan estos versos. Por la vida. Por los recuerdos. Por los que se quedaron en el andén. Por los que siguen (seguimos) en este tren. Por todos y todas, amanecerá de nuevo mañana.
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Si te apetece puedes escuchar estos versos
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He visto despedirse los girasoles
y las olas que bañaban las playas
rebosantes de juegos
y de risas infantiles.
He visto miradas a ningún lugar
perderse entre los recuerdos
que lentamente enhebra el tiempo
a las sombras que en silencio nos persiguen.
Nada de lo ya vivido regresará mañana
una vieja estación se anclará en nuestro pasado
como las hondas raíces se abrazan a una tierra
que siempre está presta a la espera.
Una nueva estación nos aguarda
el tren no se retrasará por un pasaje
que desordenado deambula por el andén
en todas direcciones
una vez que haga sonar su silbato.
¡¡Viajeros al tren!!
Próxima estación
el otoño.
No todos subimos a ese tren.
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😉
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