Te prestaré unos versos al igual que la vida te presta las mañanas

hex0Creo que tenemos un sentido desmedido y desproporcionado de la posesión. Queremos ‘tenerlo todo’, ‘conseguirlo todo’, ‘guardarlo todo’, atesorarlo todo’… Si nada nos vamos a llevar por qué esa manía, esa obsesión por tener, tener, tener, tener…; guardar, guardar, guardar, guardar… Cuando llegamos lo hacemos totalmente desnudos y ‘ligeros de equipaje’. Cuando partamos, a tiempo o a destiempo (según opiniones), no nos llevaremos nada. Nada. NADA.

Una mañana te levantas y decides dejar de conjugar un verbo. Yo me levanté hace cuatro días con una amnesia provocada, de forma voluntaria, llevando a ese lugar donde se guardan las sombras de las sombras el verbo perder. No puedo (podemos) perder aquello que no nos pertenece. Y sin embargo, empiezo a recordar un verbo que con la velocidad que marchamos en esta vida había olvidado en ese lugar donde se guardan las sombras. El verbo disfrutar.

Siento cómo, poco a poco, me voy encontrando mejor, Me siento más libre y sin temor a perder pues nada tengo. Todo me es prestado. Las cosas materiales son insignificantes. Algunas lamentablemente son necesarias y su consecución genera desigualdades. Pensando en todo ello he querido dibujar estos versos y prestártelos para que los disfrutes. Disfruto. Disfrutas. Disfruta. Disfrutamos, Disfrutáis. Disfrutan.

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Si te apetece puedes escuchar el poema.

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He olvidado cómo se conjuga

el verbo perder

si nada tengo

si nada poseo

pues nada me pertenece

es improbable que algo pierda

sin embargo

empiezan a llegar a mis recuerdos

cómo se conjuga el verbo disfrutar

y comenzaré por hacerlo

con aquello que me preste la vida

tan solo en usufructo

cada mañana cuando se acueste la tarde

y cada noche cuando amanezca la madrugada.

 

Disfruto de la compañía de las amistades

que me salen al encuentro

de la familia que me abraza

y junto a la que camino

del caer de las hojas en los dorados otoños

y de la brisa que acaricia el crecer de la hierba

de los besos sinceros cuando alguien parte

y de los sinceros besos cuando alguien regresa.

 

Disfrutaré con la ayuda que preste

sin esperar nada a cambio

pues nada me pidieron

cuando a mí me la prestaron.

 

Disfruté de los caminos que otros anduvieron

y abrí nuevos senderos en tupidas selvas

que conforman lo intrincado de la vida

cuando se empeña en ocultar esperanzas.

 

Disfrutar de las conversaciones

que entre silencios se pronuncian

y hojear las desconocidas páginas

de cientos de libros preñados de historias.

 

Habré disfrutado de diferentes instantes

si permito que mis ojos miren

mis oídos escuchen

mis manos acaricien

mis labios besen

mis sueños vivan

y mi vida sueñe

antes de embarcarme

rumbo a la otra orilla.

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😉

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2 comentarios:

  1. Precioso, lo hago mio, ya que no es tuyo, es nuestro, compartido por un tiempo, poco tiempo o mucho, depende el rumbo del viento.
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    • Txema Contreras

      Gracias, Teresa.

      Me alegra saber que te ha gustado. Espero que disfrutes con la lectura tanto como yo he disfrutado al escribirlo. El viento soplará según decida. Nada podemos hacer, tan solo disfrutarlo. Besos

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