Hoy es día 3 de mayo. Primer domingo de mayo en el que por estas latitudes celebramos el Día de la Madre. Y por ello quiero, en primer lugar, felicitar a todas las madres, pues gracias a ellas todxs nosotrxs estamos aquí. No obstante, no es una festividad como la de otros años, pues es la primera vez que estamos confinados en nuestras casas. Creo que lo recordaremos siempre, pero no por ello mis deseos de felicidad, encuentro, abrazos y recuerdos es menor. Ni un ápice. Siempre GRACIAS a todas las madres.
En mis versos de hoy quiero aportar mi granito de arena en esta extraña primavera que ahora nos acompaña. Las estaciones se relevan unas a otras con independencia del ritmo de vida que decida marcar el Ser Humano. No consulta con nadie. No pregunta a nadie. No pide permiso a nadie. Mientras nosotros intentamos interferir en sus cambios naturales, una vez tras otra. ¡Qué pérdida de tiempo! ¡Qué sinrazón! Aprendamos. Intentemos entender esta experiencia como una oportunidad, y no como una condena.
Cada uno de nosotros podemos (debemos) participar desde nuestro espacio cercano, para intentar que nuestro entorno cambie a mejor. Empecemos por, al menos, intentar ser mejores cada uno de nosotros. De forma individual. Sin rendirnos. Sin importarnos si el resto aprovecha la oportunidad o no. No es nuestro cometido, pero quizá sí lo sea el cambiar nosotros. Ser mejores solo depende de cada uno de nosotros. Que cada cual haga su elección. Es lo que tiene el libre albedrío.
.
Si te apetece puedes escuchar el poema
.
He aprendido a desplegar
mis alas
sobre esta extraña primavera
y a batirlas con la suavidad
de los sueños que ahora vuelan
por encima del camino elegido
no hay fronteras
no hay muros
no hay ventanas ni puertas cerradas
no hay confinamiento
siempre que mi mente decida volar libre
sobre la vida
jugando entre las nubes troqueladas
bajo un azul firmamento
en busca del arcoíris que siempre se dibuja
después de la tormenta.
Nadie necesita un cielo
para iniciar ese primer vuelo
que despierta los sentidos
cuando decides observar el mundo
con esa mirada que tanto tiempo
llevas buscando
y al fin crees haber encontrado.
Nada está cerca o lejos
no hay distancia insalvable
para aquel que remonta
de nuevo el vuelo
o para aquel que hace tiempo ya
decidió volver a volar.
Ni es tarde o temprano
para tomar la decisión
que en libertad decida
pues nadie coserá mi sombra
al frío y yermo suelo
pues nadie cortará mis alas
con promesas
que nunca serán verdad.
Escucharé el latido de mi corazón
que camina hacia aquel horizonte
en el que se funden cielo y tierra
en el que se funden suelo y vida
aquel horizonte donde abrazaré
aquello que tanto anhelo.
He aprendido a desplegar
mis alas
y de nuevo remonto el vuelo.
.
😉
.