Primer domingo de septiembre, primer poema de septiembre

logoCreo que una de las partes que más me llama la atención de las personas, tanto hombres como mujeres, son sus manos. No solo si están cuidadas o no; si tienen los dedos largos o cortos y si estos son finos o gruesos; si son grandes o pequeñas; si parecen ásperas o suaves. No. No es eso; o no es solo eso. Me refiero a toda la vida que han ‘observado’. A toda la vida que han ‘vivido’. A lo que han hecho o han dejado de hacer. Creo que las manos de las personas no pueden ocultar ‘aquello que ha sucedido a su lado’.

Muchas veces observo mis manos mientras trabajo; mientras como; mientras hablo; mientras pienso; cuando estrechan otras manos; mientras acaricio; mientras abro una puerta; mientras me aseo; mientras escribo viéndolas viajar sobre el teclado o cuando abrazan un bolígrafo. Me gusta mirar mis manos y compartir las experiencias que hemos vivido y las que, espero, nos queden por vivir.

Para esas manos que acarician y que aman. Para esas manos que salvan vidas en cualquier lugar del Mundo. Para esas manos que aplauden los buenos hechos. Para esas manos que viven abiertas dispuestas y esperando poder ayudar. Para esas manos que jamás se harán puño con el que golpear al inocente. Para esas manos que se alzan o se pintan de colores en protesta contra las injusticias. Para todas esas manos y para las tuyas, y para las mías, vayan estos versos.

Si te apetece puedes escuchar el poema

.

Mírate las manos

y sabrás con total certeza

cuál es tu verdadera edad

confesada en silencio

por las arrugas de su piel

por las manchas que la adornan

dicen que por efecto del sol

las venas esculpiendo diminutas cordilleras

pequeño paisaje que es latido de vida

y qué decir de su envés

grabado con líneas mágicas

cual jeroglífico indescifrable.

 

Cuántas manos

habrán estrechado tus manos

cuántas caricias habrán ofrecido

y cuántas habrán quedado vacías

cuántas pieles habrán acariciado

cuántos rostros

cuántos cuerpos

y cuánta más vida

les queda aún por vivir.

 

No coartes jamás su libertad

son testigos mudos y sinceros

de aquello que hiciste

y de aquello que tal vez dejaste por hacer

pues ellas te conocen mejor que nadie.

 

Seguro que no recuerdas

vuestro primer encuentro

ni el placer que te proporcionaron

pero todo queda guardado en su memoria

solo tendrás que aprender a leerlo

permíteles la libertad de volar

allá donde quieran ir

prestas a acoger

siempre

abiertas

siempre

esperando

siempre.

.

:)

.

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