No sé si durante este tiempo que estamos viviendo, habéis dejado de soñar o de perseguir vuestros sueños. Porque no se nos debería olvidar, que esta etapa la estamos viviendo y que no es un espejismo; que no es un mal sueño; que pasado un tiempo vamos a recuperar un tiempo… ¿Perdido? No, aquí no hay tiempo perdido. Es tiempo vivido, y no deberíamos olvidarlo. Es por ello, que debemos esforzarnos, quizá un poco más, para al menos poder tocar nuestros sueños ‘con la punta de los dedos’.
Ya lo dijo el poeta, en labios de Segismundo: «…que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son…». Como ya señalo en esta página, por la que ahora navegas, desde su puesta en marcha, hace ya algunos años: «Que nadie os impida soñar». Ni la mayor de las adversidades. Nada ni nadie os debería impedir soñar y perseguir vuestros sueños, y perderlo o alcanzarlos, o volverlos a soñar. ¿Qué más da? Soñar; siempre soñar. Vivir; siempre vivir.
En esta tarde de otoño, como cualquier otra tarde de cualquier otro otoño, lo he alcanzado. Y te lo regalo en estos versos. Y te invito a que lo intentes, si nunca antes lo has intentado. Y te invito a que lo intentes, de nuevo, si alguna vez lo intentaste, sin haberlo alcanzado. Yo lo intenté muchas veces, pero nunca me rendí. Y no pienso rendirme, por muchos sueños que alcance; por muchos sueños que pierda. Seguiré, por tanto, viviendo. Seguiré, por tanto, soñando.
.
Si te apetece puedes escuchar el poema
.
¿Has probado alguna vez
a ponerte de puntillas
para poder así tocar tus sueños
con la yema de tus dedos?
Ayer, tarde de otoño
decidí probar por enésima vez
y cuál fue mi sorpresa
cuando conseguí alcanzar alguno de ellos
no todos, sería imposible
pues habito bajo un cielo preñado
de sueños pasados, presentes y futuros;
de un cielo preñado de sueños perdidos,
conseguidos y aún por conseguir.
Si alguna vez lo has probado
y los has conseguido
entenderás perfectamente
de qué te hablo;
pero si aún no lo has probado
si aún no lo has conseguido
no entenderás nada
de lo que te hablo
en estos versos soñados
o tal vez vividos.
Porque si la vida es sueño
y los sueños, sueños son
¿qué son los sueños que vivimos
mientras soñamos
y qué es la vida que soñamos
mientras vivimos?
No temas perder el equilibrio
que guardas teniendo los pies sobre la tierra
álzate con las manos libres
sin asirte a nada ajeno
y estira ahora tus brazos sin miedo alguno
hacia las nubes que pacientes aguardan…
Volveré a ponerme de puntillas
sobre mis pies descalzos
cualquiera de estas tardes de otoño
para poder así alcanzar mis sueños
con la yema de mis dedos.
¿Me acompañarías,
mientras acaricias los tuyos?
.
😉
.