Hace un año, cuando la mayoría de nosotros nos preparábamos para despedir un año y dar la bienvenida al que estaba por llegar, creo que nadie (al menos de las personas que puedan leer esta entrada), suponía o esperaba lo que después se nos ‘ha venido encima’. Sin avisar. Removiendo todos los cimientos de una sociedad que se creía ‘a salvo’. Sacándonos a todas y a todos de nuestra ‘zona de confort’ donde nos reíamos protegidos. Las desgracias les pasan a otros, pero a nosotros no. ¡Ja!
Y todo se vino abajo. Toda esa normalidad en la que nos sentíamos bien, cómodos y protegidos, pero quizá no todos se sentían bien en esa normalidad, pues la pobreza y la desigualdad cada vez campaban con más libertad en nuestro querido mundo. Y, de repente, sin respetar fronteras ni creencias una pandemia mundial (como otras que antaño asolaron el mundo), entra sin pedir permiso para poner orden, o quizá para desordenar.
No quiero olvidar este año, pues me ha enseñado muchas cosas, muchas. Sí quiero que acabe ya, pero espero recordarlo el resto de mi vida. Me ha ayudado a conocerme mejor; a saber que los pequeños detalles son los más grandes; que hay más cosas importantes que urgentes; que no debo (debemos) escatimar en compartir los sentimientos; que debo mirar con otros ojos el mundo que me rodea; que los sueños se pueden alcanzar, si se persevera… La lista sería interminable, pero ahora quiero compartir estos versos.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Adiós, deslamado y cruel veinte veinte,
recuerdo aquella noche de diciembre
anunciando tu esperado nacimiento
un nuevo año lleno de proyectos,
ilusiones, nuevos logros, esperanzas…
Ignorantes, quizá llegaste a pensar,
seguid riendo y celebrando mientras podáis
pues llego para despertaros de vuestro sueño.
¡Vaya sorpresa envenenada nos guardabas!
¿Era necesario?
¿De verdad era necesaria tanta destrucción,
tanta muerte a destiempo
en la que la soledad era la única compañía
de aquellos que sin esperarlo partían?
¿De verdad era necesario ensañarte
con todo y con todos para enseñarnos…?
¿Para enseñarnos qué?
¿Qué somos vulnerables?
Ya lo sabíamos; ya lo sabemos.
¿Qué la vida igual que te da, te quita?
También lo sabemos; también lo sabíamos,
pero…
¿De verdad era necesaria tanta crueldad?
Pronto arrancaremos esta última hoja
que aún pende en el calendario.
Pronto celebraremos una nueva última noche
de este mes que ahora te despide y brindaremos…
Sí, brindaremos por un veinte veintiuno
que pronto llamará a nuestra puerta
y al que le abriremos los brazos
al igual que antaño lo hicimos contigo.
Sueño ahora con su llegada llena de esperanza y luz.
Cerraré la puerta del desván de mi memoria
una vez te hayas marchado para no volver
y abriré la del año que aún está por llegar.
No creas que dejaré a trasmano la llave
que con veinte giros te encierre.
De los años vividos quizá haya momentos
que poco recuerde, pero no quiero
por nada del mundo olvidarme de este,
no quiero olvidarte para saber
de lo que puede ser capaz
el tiempo y el hombre
el hombre y el tiempo,
pues así también seré capaz de recordar
de lo que podemos ser capaces de lograr
si seguimos creyendo en imposibles
si seguimos soñando en que todo puede cambiar
después de tomar la decimosegunda uva
una última noche de un diciembre cualquiera.
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😉
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Cerraré la puerta del desván de mi memoria
una vez te hayas marchado para no volver
y abriré la del año que aún está por llegar.
Querido amigo, la memoria nunca olvida. Por ello al abrir la puerta del 2021 , como tú muy bien escribes, estaremos preparados a todo lo que venga. Nos habíamos olvidado que nosotros los humanos hacemos planes, pero la poderosa Naturaleza es la que decide.
Feliz salida del 2020 y felicísima entrada del 2021.
Un abrazo💚✨✔
Gracias por tus palabras, siempre.
Así es, mi querida Amiga. Debemos prepararnos para cualquier cosa, tanto para lo bueno como para lo malo y, desde luego, seguir caminado. Siempre caminar disfrutando del camino recorrido, sabiendo que nuestras decisiones, acertadas o erróneas nos han traído hasta aquí. Sigamos caminando.
Igualmente, feliz despedida de este 2020, inolvidable; y felicísima acogida a este 2021 que está deseando llegar, cargado de esperanzas.
Besos